General Química avanza en el camino hacia la recuperación tras las dudas de 2023. La empresa anunció el pasado verano un ERTE para 120 trabajadores, con una extensión de seis meses hasta el 31 de diciembre. Sin embargo, en octubre la planta ubicada en la vecina localidad alavesa de Lantarón recuperó el pulso, porque los operarios regresaron a sus puestos. Ahora, la compañía arranca una captación para «contratos temporales a iniciar en 2024», pero sin decir una cifra concreta. La medida, aunque no se trate de incorporaciones indefinidas, se aplaude en la plantilla, en la que en parte se disuelven las dudas sobre la supervivencia de la firma, que investiga para incorporar nuevos productos a la cartera de General Química.
La prohibición en Europa de ciertos fitosanitarios mermó su capacidad para generar ingresos. En la otra cara de la moneda, en el segundo semestre del año los números en las ventas de acelerantes para la fabricación de neumáticos mejoraron y ahora, en la plantilla admiten que las pruebas para crear nuevas líneas avanzan con buenas perspectivas. A la espera de esta evolución, los empleados reparan en que la empresa trata de captar personal «y sabemos que primero han llamado a gente que ya ha estado en otras ocasiones aquí», afirman. La búsqueda de operarios se enmarca dentro de la creación de una bolsa de trabajo, con la que suplir los permisos, las bajas y las vacaciones del personal actual, aunque en la planta queda la duda de saber qué ocurrirá con las plazas ocupadas por personas próximas a la jubilación. En la factoría, observan que con las incorporaciones la empresa «al menos», se garantiza tener alternativas para poder dar un relevo a estos operarios, a la espera de saber qué ocurre con los nuevos productos.