Castrovido encara, ahora sí, en el tramo decisivo para su entrada en servicio, que llegará al menos 17 años después de la primera piedra, allá por febrero de 2004. La obra civil de la presa está en su fase final -una vez más se ha incumplido la previsión, que era finalizar el 30 de septiembre- y la fase de puesta en carga se acometerá «a lo largo del invierno o la primavera de 2021», según confirman a este periódico fuentes de la Confederación Hidrográfica del Duero.
El llenado no podrá empezar antes de que el Ministerio cierre la contratación de una empresa especializada para supervisar esta delicada operación, desde la fase previa hasta el final de la puesta en carga. No en vano, podría pagar hasta 1 millón de euros por esos trabajos (800.000 más la prórroga), que requieren un alto grado de especialización y que aspiran a realizar 7 empresas. En el pliego se especifica que dado que el plan de carga contempla su realización por fases y que la presa tiene una capacidad de 44 hectómetros cúbicos, el contrato durará 2 años, con posibilidad de extenderlo uno más. El último sobre de ofertas se abre el 5 de noviembre.
En la actualidad y aprovechando el largo periodo de estiaje al que han puesto fin las lluvias de septiembre, FCC ha avanzado en el hormigonado del tapón del desvío provisional, «para lo cual ha sido necesario realizar una tercera fase del desvío del río Arlanza, a través de los desagües de fondo, que están completamente abiertos, al igual que todos los demás órganos de desagüe de la presa», detallan los técnicos.
[Más información en la edición impresa]