El Real Oviedo será el segundo equipo que visite El Plantío esta temporada y lo hará en pleno proceso de acoplamiento, ya que varias piezas de las que deben ser importantes en el equipo carbayón están aún por encajar en su engranaje. Son muchos los que ven a los asturianos en los puestos cabeceros de la tabla clasificatoria a final de campaña, aunque en estos momentos el equipo no está en condiciones de exhibir todo su potencial, ya que aún le falta rodaje.

Al combinado del Tartiere le costó funcionar con Álvaro Cervera la pasada campaña, aunque acabó la temporada en plena forma, con 6 victorias en las últimas 9 jornadas y en la octava plaza. Pese a su buen final tuvo momentos duros y hubo fases en las que llegó a coquetear con los puestos de descenso.

El Burgos tendrá enfrente a un oponente sólido, rocoso y que concede muy poco. A lo anterior hay que añadir que dispone de jugadores que marcan la diferencia en una categoría como la Segunda División. Su maquinaria no está a pleno rendimiento, aunque con hombres como Borja Bastón, Jaime Seoane, Víctor Camarasa o Luismi Sánchez, entre otros, puede poner en apuros a cualquier rival.

El conjunto ovetense no ha comenzado con buen pie la Liga y suma un punto en los dos partidos que ha disputado. Perdió en la primera jornada ante el Tenerife y empató la pasada jornada en el Tartiere contra el Racing de Ferrol (1-1). El propio Cervera tiene claro que deben ir a más.

Se trata de un equipo fiel a la filosofía de su entrenador, que no necesita el balón y que por norma general lo cede a su oponente. Es un conjunto que corre, que busca constantemente las contras y el juego directo.

Es un estilo similar al que tenía la pasada campaña el Burgos CF con Julián Calero. Siempre está a la espera del error del contrario para hacérselo pagar. Cuando tiene que defender se convierte en un equipo pegajoso en el cuerpo a cuerpo y presiona constantemente a su adversario.

Paciencia. Se puede convertir en uno de los ingredientes indispensables para que el Burgos logre la victoria. El Real Oviedo le va a dejar metros, aunque habrá veces que será complicado que los blanquinegros encuentren la fórmula para hacer daño a su rival. La escuadra de casa sabe que no puede caer en las precipitaciones, ya que le pueden llevar a cometer errores y el cuadro carbayón está trabajado para aprovecharlos.El equipo debe ser más fiable que en Valencia.