Los vaivenes de un símbolo

ANGÉLICA GONZÁLEZ / Burgos
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La placa que recuerda a Josefa Bellido, asesinada por su pareja en 2006, termina en la Policía Local tras ser arrancada o despegarse y caer -se desconoce- de la esquina de la calle Santa Águeda, donde fue encontrado su cuerpo

El padre de Josefa Bellido fue el encargado de colocarla. - Foto: Ángel Ayala

La primera mujer a la que se homenajeó en Burgos tras ser asesinada por su pareja fue Josefa Bellido, que murió acuchillada en la calle Santa Águeda el 21 de abril de 2006. Solo hacía tres años que se contabilizaban las víctimas de violencia de género y ella fue la segunda. La primera, de la que solo se conoció el nombre, apareció en Burgos por casualidad. Su marido, con el que viajaba en un coche, la tiró en la autovía, donde la encontró un viandante, por lo que, a efectos prácticos, Bellido inauguró la macabra lista, en la que, a día de hoy, hay once mujeres.

Para recordarla a ella y a todas las demás «que en el mundo ven sus derechos vulnerados», el Colectivo 8 de Marzo colocó una placa en su recuerdo en el lugar donde apareció muerta, un recordatorio que en casi 20 años no ha dejado de ser vandalizado. 

En múltiples ocasiones el texto que se escribió para recordar a los viandantes que allí murió una mujer asesinada por su pareja, ha sido pintarrajeado o directamente borrado (la última, en 2021 como se puede comprobar en una de las imágenes que aparecen sobre estas líneas) pero el pasado mes de diciembre del 23, la placa apareció en el suelo tras despegarse y caerse o ser arrancada -aún se desconoce- y terminó en las dependencias de la Policía Local, adonde van a pasar a recogerla las responsables del Colectivo, cuya presidenta, Silvia Adrián, explicó que desde la Concejalía de la Mujer, su titular Andrea Ballesteros, le ha confirmado que el Ayuntamiento colaborará para colocarla en su sitio. 

En la esquina donde apareció asesinada Josefa Bellido se colocó la placa, cuya huella tras ‘desaparecer’ aún puede verse.
En la esquina donde apareció asesinada Josefa Bellido se colocó la placa, cuya huella tras ‘desaparecer’ aún puede verse. - Foto: Jesús J. Matías

El movimiento feminista burgalés siempre ha visto en los ataques a esta placa un símbolo de las resistencias de muchos varones a los avances en la igualdad de las mujeres y, sobre todo, de muchos negacionistas de la violencia estructural que estas sufren por el hecho de serlos. Porque el texto de ese pequeño homenaje hace referencia no solo a Josefa Bellido sino a todas las muertas por violencia de género y al derecho de todos los seres humanos «a la igualdad, a la dignidad y a la vida».