En la carretera hay muchos más ojos de los que se cree. Y no sólo por la gran cantidad de cámaras que la DGT ha ido instalando a lo largo de los últimos años. La cuestión es que cualquier persona puede grabar con su teléfono móvil una conducta temeraria. El primer impulso suele ser difundirlo en redes sociales para denunciar ese comportamiento, por eso la Guardia Civil cuenta con herramientas para detectar este tipo de contenido y perseguir el delito, si es que efectivamente se ha cometido. El Grupo de Investigación y Análisis de Tráfico (GIAT) estudia al año en Burgos alrededor de una decena de casos de este tipo que tienen lugar en la provincia, bien porque los propios infractores lo cuelgan para presumir de su discutible hazaña, bien porque alguien ha querido hacer pública una maniobra irregular. Y a más de uno le han sentado en un tribunal.
Pongamos un ejemplo que durante muchos años era habitual encontrarse en las redes sociales. Un conductor se graba a sí mismo, o lo hace su acompañante, en un viaje por autovía a más de 200 kilómetros por hora. Acto seguido, lo cuelgan en Facebook o Instagram para dejar constancia ante sus seguidores de su épica carrera contra nadie. Esto no es un suponer, porque ya ocurrió hace un par de años en la A-1 a la altura de Villalmanzo. Pues bien, gracias a las aplicaciones informáticas con las que cuenta el Instituto Armado estas conductas son perseguidas y fuertemente castigadas.
«Hacemos barridos y, si se localiza uno de estos vídeos, lo analizamos detenidamente para concretar el punto exacto en el que ha ocurrido y también diferentes detalles, como el día, la hora o el modelo del vehículo, que nos lleven hasta el autor de los hechos», explica el cabo primero al frente del grupo de investigación de la Benemérita.
Según añaden desde el GIAT, gracias a las investigaciones y a las fuertes penas a las que posteriormente se han enfrentado estos conductores temerarios (retirada del carné e incluso cárcel), la difusión de carreras, piques o simples fotos de cuentakilómetros a más de 200 por hora son cada vez menos frecuentes. «Sí nos hemos encontrado muchos usuarios que graban a otros coches que realizan maniobras irregulares. Sobre todo transportistas», apunta uno de los agentes más veteranos, quien añade que ese contenido les llega de forma anónima al buzón de denuncias que tienen habilitado.
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