'El acogimiento familiar cambia vidas, ¿me haces un hueco en la tuya?' es el lema de la nueva campaña de concienciación y visibilización de este recurso específico de protección a la infancia cada vez más necesario, porque la cifra de niños y adolescentes que lo necesitan va en aumento. Así se comprueba en Burgos, donde hay 38 menores separados de sus padres y protegidos por la Junta a causa de distintas circunstancias y, por tanto, a la espera de un hogar en el que vivir hasta que, llegado el caso, puedan volver junto a sus progenitores. Hace poco más de un año había 14 críos en esta situación, siempre según información oficial recogida por este periódico. El acogimiento puede ser de hasta dos años o más corto y, de hecho, desde enero se da la opción de que finalice a la vez que el curso escolar.
El delegado territorial, Roberto Saiz, explicó que en todo el 2024 hubo 111 acogimientos en la provincia, de los cuales algo menos de la mitad se acordaron con parientes de los niños y adolescentes con necesidad de protección (lo que técnicamente se denomina 'familia extensa') y el resto, otros 61, con voluntarios ('familia ajena') dispuestos a dar este paso durante un tiempo que puede ser variable: hasta que cambien o se corrijan las circunstancias que obligaron a los Servicios Sociales a intervenir y a separar a los niños de sus padres biológicos o, si no se consigue este objetivo prioritario, hasta que se adopte una medida más estable para los menores (por ejemplo, una adopción). «Queremos extender esta posibilidad al mayor número posible de personas», dijo Saiz, destacando que, «se trata de dar una protección adecuada y garantizar un respeto total a los derechos de los niños y adolescentes».
Queremos extender esta figura, cuyo objetivo es dar una protección adecuada y garantizar un respeto total a los derechos de los niños y adolescentes» Roberto Saiz, delegado territorial de la Junta
Mientras no haya familias adecuadas para acoger a estos 38 menores -tres de entre 0 y 6 años y el resto, de entre 7 y 17 años- la Junta garantiza su protección en una residencia, pero hace muchos años que los expertos defienden la necesidad de priorizar la familia frente a un centro residencial y así lo recoge la legislación más reciente sobre protección a la infancia. De ahí que periódicamente se hagan campañas para divulgar esta iniciativa altruista y disponible para cualquier persona, siempre y cuando se considere que cumple los requisitos para ello.
El programa de Acogimiento familiar de la Junta lo gestiona, casi desde el principio, Cruz Roja, por lo que junto a Saiz compareció el coordinador en la provincia, Jorge Martín, quien dijo que «hay familias voluntarias, pero siempre se necesitan más». Ahora, dijo, hay «unas 15».Y fue categórico al afirmar que lo principal para sumarse a este grupo de personas altruistas en grado superlativo y poder prestar a un menor los cuidados que necesita es «tener ganas».
Pero no ocultó que, para ello, es necesaria una preparación específica y que lo habitual es que sea un «proceso largo». Cruz Roja presta ese apoyo, en el que explica que, además de la voluntad, se requieren unos recursos que no son tanto materiales como de habilidades para convivir con unos niños y adolescentes que, en ocasiones, tienen carencias emocionales, afectivas, sensoriales, miedos exacerbados (al abandono, por ejemplo) o algunos problemas de conducta.
Ahora hay unas 15 familias voluntarias, pero siempre se necesitan más. El principal requisito para ser persona acogedora es tener ganas de hacerlo» Jorge Martín, coordinador de Cruz Roja
Todo ello se trabaja en la formación que presta Cruz Roja antes de dar el paso de recibir en casa a uno o varios niños -se intenta que los hermanos permanezcan juntos- y cuidarlo, cual hijo biológico, hasta que se considere solventado el factor de riesgo que motivó la separación de los padres:maltrato, adicciones, problemas en la crianza, laborales, con la vivienda...
Esta misma iniciativa de visibilización se hará en Aranda, Miranda, Briviesca y Medina.