Las temperaturas primaverales no han servido para borrar aún las destructivas huellas de la última borrasca que ha cruzado Burgos y que ha sido especialmente dañina en la sierra de Neila. 11 días después del paso de Mónica, las evidencias del desastre aún jalonan la carretera que une este municipio con Huerta de Arriba, con decenas y decenas de pinos arrancados por el temporal a ambos lados de la calzada y en el interior del bosque, donde también persiste una considerable capa de nieve en las zonas más umbrías.
Difícil calcular el número de árboles que se han tronchado o desgajado de raíz, si bien superan ampliamente el centenar de ejemplares. El centro de este particular triángulo de las Bermudas se sitúa entre el inicio de la pista de Corral de Perros, una de las tres subidas a las Lagunas de Neila, utilizada en ocasiones por el pelotón de la Vuelta Ciclista a Burgos, y la subida al Collado de Huerta.
Las intensas precipitaciones de las últimas semanas provocan que el agua fluya por todos los lados y que el sustrato vegetal ya no pueda absorber más líquido. Con el terreno especialmente reblandecido, los pinos más jóvenes no han sido capaces de soportar el peso de la tardía, pero intensa nevada que cayó entre el 8 y el 10 de marzo y han claudicado. Ese fin de semana, la carretera entre Huerta de Arriba y Neila quedó literalmente cortada no solo por la nieve, sino por decenas de pinos cruzados en la carretera, que afortunadamente han podido ser cortados o apartados del asfalto sin causar daños personales.
Solo en este punto de la carretera entre Neila y Huerta de Arriba cayeron una decena de pinos sobre el asfalto. - Foto: P.C.P.El temor, no obstante, a posibles accidentes persiste ante el anuncio de próximas borrascas para esta Semana Santa (...).
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