72 bienes patrimoniales en riesgo de desaparición en Burgos

R. PÉREZ BARREDO / Burgos
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La iglesia de Icedo, un despoblado cercano a Villadiego, es una oda al abandono más absoluto y acaba de entrar en la Lista Roja de Hispania Nostra

El interior de la nave central está conquistado por la maleza; todo es ruina y olvido. - Foto: Miguel Ángel Portilla

Icedo existe, aunque llegar a este despoblado del Geoparque de Las Loras pueda constituir una odisea que exige, entre otras cosas, atravesar un imponente desfiladero por un camino angosto que se acaba borrando y fundiendo en el agreste paisaje que baña el río Brullés. No es Comala ni llegamos en busca de Pedro Páramo, sino del templo que Hispania Nostra acaba de incluir en su Lista Roja. Sobre un promontorio, alejado de las ruinas del caserío de este pueblo deshabitado a mediados de los años 70 del pasado siglo, se asienta éste. Consagrado a SanAdrián Mártir, con orígenes en el siglo XI y distintas reformas que llegaron hasta el siglo XVI, desde la lejanía se antoja una construcción orgullosa y sólida, con la torre dominando sobre el valle que se extiende abajo. Sin embargo, es un espejismo: la iglesia es una ruina rampante.  

En su desventrado interior crecen los saúcos; la cubierta de la nave principal está completamente hundida; hay grietas en casi todos sus muros; la maleza -zarzas, yedra y otros arbustos- campa a sus anchas, en una conquista lenta, pero inexorable; la torre del campanario ha perdido las escaleras que permitían alcanzar la espadaña. Con todo, aún son perfectamente visibles las bóvedas de crucería, con los nervios, claves y capiteles policromados. Dominan los azules, pero también hay verdes y amarillos. Ha sido expoliada y vandalizada, como demuestran las losetas levantadas de los sepulcros que había en la nave y las pintadas de los grafiteros, a los que sólo falta dejar su firma en la luna (al tiempo). «Si no se actúa, desaparecerá pronto». Este es el diagnóstico que hace la asociación que defiende, salvaguarda y pone en valor el patrimonio cultural.

No se ha venido abajo por completo gracias a la robustez de sus sillares. La historiadora María Barriuso Ortega señala en un estudio sobre este templo que conserva reminiscencias románicas, si bien tardías (siglo XIII). «Es de suponer que la planta era de una única nave, aunque su aspecto actual se debe a las sucesivas ampliaciones y reformas que se fueron realizando. De esta manera, de la estructura original únicamente se conserva la cabecera, de testero plano y con dos contrafuertes al sur, entre los cuales actualmente hay un vano rectangular abocinado. En el exterior de dicha cabecera presenta sencillos canecillos sin decoración bajo una cornisa; aunque esto apenas es visible debido a la vegetación en el lado sur y al añadido de la sacristía posterior en el lado norte. Por su parte, en el interior tiene en sillería una bóveda de cañón apuntado, y el arco es apuntado igualmente, muestra de las soluciones ya góticas que se practicaban. En el siglo XVI, con influencias tardogóticas, se añadió al norte una capilla con bóveda de crucería. Por su parte, al sur se realizó una nave lateral divida en dos tramos que se abren a la nave central con arcos formeros apuntados, los cuales confluyen sobre un potente pilar cilíndrico, al igual que el arco fajón que articula los tramos de la nave central. Debido a la construcción posterior de la torre, en esa nave sur actualmente solo se conserva la bóveda, de crucería con cuatro terceletes, en el tramo más próximo a la cabecera».

La hiedra, las grietas... Todo confabula contra la iglesia de Icedo, que aún así se mantiene todavía en pie.La hiedra, las grietas... Todo confabula contra la iglesia de Icedo, que aún así se mantiene todavía en pie. - Foto: Miguel Ángel Portilla

En ese estudio, titulado La iglesia de San Adrián Mártir de Icedo: un patrimonio en riesgo, ya advierte la autora del peligro que corre el templo: «Es necesario que reciba protección y que se produzca una intervención para salvarla, pues si no, está abocada a la desaparición. De esta manera, como medidas más urgentes habría que detener la situación de ruina progresiva que se está dando mediante la consolidación de las cubiertas, para evitar más derrumbes; y mediante la restitución de las ya derrumbadas, para evitar el deterioro del interior. No obstante, aun realizando estas actuaciones más apremiantes todavía quedaría mucho por hacer: reforzar las paredes, restauras las sepulturas destruidas, recopilar los restos óseos diseminados, etc. Sería beneficioso para la iglesia la difusión de su existencia e información sobre ella, especialmente vinculándola al marco del Geoparque de la Unesco Las Loras, al que pertenece». Aunque no sea un templo de un valor extraordinario, para la historiadora «ha sido testigo del devenir de los tiempos y de las gentes de un pueblo que lamentablemente ya no tiene a nadie. Igualmente es un patrimonio característico de la zona: una iglesia rural, humilde, con raíces románicas y que muestra el paso de los siglos en las distintas modificaciones». Con la inclusión de la iglesia de Icedo, ya son 72 los bienes patrimoniales de la provincia que engrosan la ominosa Lista Roja de Hispania Nostra.

Pueblo del silencio. Icedo, recoge esa Biblia que es Los pueblos del silencio, del gran Elías Rubio, se deshabitó en 1975. Fueron sus últimos habitantes Concepción Alonso y Delfín González, que se marcharon a vivir a Villanueva de Puerta. Llegó a tener, hacia 1940, más de medio centenar de habitantes. La fuerte natalidad registrada a mediados del siglo XX en Icedo «debió ser una de las causas fundamentales de su desaparición; no eran muchos vecinos en aquel tiempo, 13 tan sólo, pero habiendo quien llegó a tener hasta once hijos, se comprenderá que la población aumentase hasta límites insoportables para un pueblo de escasos recursos y falto de los más elementales servicios», escribe Rubio.