Que la final de la Copa del Rey de fútbol entre Osasuna y el Real Madrid se celebre también en Sevilla solo unas horas antes que la de rugby no hace otra cosa que complicar la vida tanto al Recoletas Burgos Universidad de Burgos como al VRAC Quesos Entrepinares así como a los aficionados de ambos clubes. Tanto es así que la propia plantilla burgalesa tendrá que hospedarse a las afueras de la ciudad y deberá esperar para saber si puede entrenar el sábado en el Campo de la Cartuja, escenario en el que se celebrará la final el domingo a partir de las 12.00 horas.
El club ya ha notificado a la Federación Española de Rugby su intención de hacerlo, pero sigue a la espera de la confirmación a pesar de contar con ello. Todas ellas son gestiones sencillas que se han complicado, o incluso convertido en inasumibles, al solaparse en el mismo fin de semana ambas finales de Copa del Rey.
Los principales perjudicados son los aficionados, quienes se están encontrando con precios desorbitados en la ciudad y mucho más elevados de lo habitual en lugares cercanos a Sevilla, o no tan cercanos. Cádiz, Jerez de la Frontera, Huelva, Zafra... los seguidores gualdinegros están buscando opciones, aunque muchos tendrán que negarse a viajar.