Regresa el Burgos de siempre

ROBERTO MENA / Oviedo
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El equipo de Julián Calero se impuso al Oviedo en el Carlos Tartiere gracias a un gol de Atienza en el 51. La expulsión de Sergi Enrich allanó el camino blanquinegro, si bien no cerró el partido y le tocó sufrir

Gaspar intenta driblar a dos jugadores del Real Oviedo. - Foto: Valdivielso

El Carlos Tartiere sigue siendo territorio propicio para el Burgos CF. Por segunda temporada consecutiva se impuso en el feudo carbayón y en esta ocasión lo hizo gracias a un gol de Atienza. El camino para los blanquinegros se despejó en los primeros minutos de la reanudación. Hizo el 0-1 y poco después llegó la expulsión de Sergi Enrich, lo que parecía el empujón definitivo. Aunque al conjunto de Julián Calero le tocó sufrir. No fue capaz de cerrar el partido y tampoco fue eficaz nadando y guardando la ropa.

Aunque finalmente los puntos regresaron en el equipaje burgalesista. Son ya 43 los que suma en su casillero y soñar está permitido. Sigue fuera del play off, ya que el Albacete también venció, aunque el de ayer es un triunfo de esos que insuflan confianza en cualquier vestuario.

Marcó Atienza, un bregador incansable que aburre contrarios en cada partido y que es una pieza indispensable en el juego colectivo blanquinegro. Si el madrileño es también capaz de hacer goles que valen tres puntos su cotización se pone por las nubes. Ayer, con solo un minuto de diferencia, fue definitivo en ambas áreas. Tapó un peligroso disparo de Luismi en el inicio de la segunda parte y 60 segundos después estaba celebrando el 0-1 después de conectar un buen cabezazo que supuso la victoria castellana.

Mucho respeto. Los dos equipos comenzaron el partido con el freno de mano echado. Ninguno quería cometer errores, por lo que los riesgos eran mínimos. Tenía más el balón el cuadro ovetense, pero el Burgos no sufría.
La primera aproximación blanquinegra fue a balón parado y Goldar estuvo cerca del primero. Cabeceó desviado un saque de esquina y regresó a su posición lamentando ostensiblemente su falta de puntería.

Los minutos iban pasando sin que llegaran las aproximaciones con cierto peligro. Los de casa no encontraban la fórmula. Los balones largos nunca llegaban a su destinatario y las ideas carbayonas en ataque eran escasas. El Burgos estaba a gusto y poco fue llevando el partido a su terreno.

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