El 8 de julio de 1994 la mañana amaneció soleada en la octava jornada de campaña en los yacimientos de Atapuerca y el silencio en la Trinchera del Ferrocarril solo se rompía por los golpes del martillo sobre los cinceles y el sonido de los pájaros que sobrevolaban la zona. En medio de la calma y la concentración que requiere el trabajo de los arqueólogos un grito procedente de la parte alta de Gran Dolina desvió la atención de todos. Allí la arqueóloga más veterana, Aurora Martín, excavaba en sondeo realizado en el nivel TD6 cuando encontró unos dientes que no se parecían a los de ninguna otra especie.
En ese momento no sabía que su hallazgo que iba a revolucionar los estudios sobre la evolución humana en Europa. Nacía una nueva especie, el Homo antecessor. «Fue un momento muy emocionante y maravilloso para todo el equipo. Su descubrimiento es un hito y un antes y un después para Atapuerca», recordaba ayer ahora como directora gerente del MEH.
La llegada de Eudald Carbonell y José María Bermúdez de Castro confirmó que eran humanos, lo que hizo saltar de júbilo a todo el equipo. A partir de ese momento comenzaron las preguntas, las investigaciones y las dudas y el descubrimiento de nuevos fósiles hasta casi completar un maxilar. La antigüedad de estos restos, con más de 850.000 años, permitió formular que podría tener respuesta si en la actual campaña se encuentran nuevos restos al estar trabajando en los niveles en los que se encontraron los hallazgos hace 30 años. «Los fósiles han sido estudiados durante este tiempo y expuestos y esperamos que salgan más para conocer más sobre esta especie. Nos falta conocer la anchura de sus caderas, su capacidad craneal o su pelvis», indicó Juan Luis Arsuaga, codirector de los yacimientos.
El Museo de la Evolución Humana acoge una exposición sobre estos 30 años con la que se quiere dar a conocer lo que supuso este descubrimiento y lo que todavía está por llegar, según auguró el codirector Eudald Carbonell. «Vamos a tener un festival de fósiles. Todavía no sabemos cuántos pero el nivel está cubierto. Será la mejor cosecha. Habrá sorpresas que nos permitirán dar respuesta a muchas preguntas».
el futuro. La exposición que puede visitarse en la segunda planta está basada en el libro Homo antecessor. El nacimiento de una nueva especie de Bermúdez de Castro y Carbonell y pretende divulgar la importancia del estudio científico. «Ahora queda el futuro, que es muy brillante. Nos falta información pero la especie se va completando con nuevos hallazgo. Los próximos 15 o 20 años serán muy interesantes», subrayó Bermúdez de Castro.
El paleoartista Mauricio Antón ha sido el encargado de poner imagen a la 'chica de la Gran Dolina' aunque al principio se pensó que era un chico. Su cara es muy parecida a la nuestra y sus rasgos más dispare consisten en la ausencia de mentó y un marcado arco superciliar desde donde se inicia una ligera inclinación de la frente. El maxilar y la mandíbula son parecidas a las del Homo sapiens mientras que otros homínidos más recientes como los neandertales derivaron hacia caras de un aspecto muy peculiar, posiblemente por el influjo del medio en el que vivían,
En la muestra hay una maqueta del yacimiento de Gran Dolina en el que puede verse el nivel TD6, prestada por el Cenieh, y cuatro audiovisuales sobre el trabajo de los arqueólogos o los fósiles más significativos de Homo antecessor.