Tiene un año de andadura, meses en los que se ha llamado a puertas privadas y públicas, pero finalmente ha optado por el camino del micromecenazgo con Hispania Nostra. La asociación Amigos de los Órganos de Covarrubias nació con un objetivo y no flaqueará hasta conseguirlo: restaurar las imponentes piezas musicales de la colegiata de San Cosme y San Damián y de la iglesia de Santo Tomás.
Por ahora este segundo proyecto tendrá que esperar porque la prioridad para ese colectivo de amantes de la música y el patrimonio es recuperar el órgano barroco de la Colegiata. De gran valor artístico, data de la segunda mitad del siglo XVII, aunque se desconoce el nombre de su creador, asegura Frédéric Duplan, conocido en la villa como Fede 'el francés' y que preside la asociación. Sí se sabe que en 1704 fue ampliado por el maestro organero vasco Diego Orio de Tejada, que le dio su fisonomía barroca, añadiendo la lengüetería horizontal' en batalla.
Está situado en el coro bajo y por su sonido y belleza es un ejemplo único del patrimonio artístico de la villa y de Castilla y León, pero el paso del tiempo ha hecho mella y sus elementos necesitan de una restauración profunda. Pese a ello, conserva su belleza y la policromía está rematada por celosías y crestarías que incluyen tres escudos, y su caja está tallada y pintada con ángeles y otros motivos en tonos rojos y verdes.
Tras llamar a la puerta de Hispania Nostra, la asociación trabaja en lanzar la campaña de crowdfunding para recaudar 130.000 euros, que son los que se necesitan para la restauración del órgano, que incluye sus elementos técnicos y la fachada de esta 'joya'. Si el presupuesto se consiguiera reducir, se pensaría en hacer una pequeña inversión también para actuar en el órgano de Santo Tomás.
Frédéric Duplan explica se está elaborado un dosier para la entidad encargada de velar por la conservación del patrimonio, porque la intención es poner en marcha el micromecenazgo a finales de este mes de marzo; aunque de momento tienen que coordinar las acciones y planificar la campaña, Duplan no duda de que saldrá adelante, es más, Los Amigos del Órgano ya tiene el número de cuenta de La Caixa donde cada mecenas puede depositar la cantidad que quiera: ES83 2100 1215 5102, que ya abrió la asociación cuando se constituyó para que cualquier interesado pudiera hacer una aportación.
Un tubo, un nombre. Como suele ser habitual, los donantes recibirán algún tipo de compensación en función de la cantidad apartada; una de las más singulares será que cada tubo del órgano llevará el nombre de un donante; no será de forma real en ese mecanismo, pero sí recogiendo todos en un libro que se guardará dentro del propio instrumento.
Las actuaciones principales en el órgano de la Colegiata se centrarán en la restauración de los dos secretos, porque el deterioro de la madera provoca que tenga bastante fugas. Fede 'el francés' explica que el órgano se puede tocar, «en plan amateur», pero remata que en las condiciones que está no pueden hacerse conciertos profesionales. Además, se tiene que rehacer un registro que no es de la época barroca, con el objetivo de conseguir que el sonido que salga de los tubos sea el característico de ese estilo. Igualmente se actuará en la propia fachada del órgano, dañada «a la altura de los hombres», explica. Hay dos motivos para ese deterioro, uno que los monaguillos durante décadas dejaron escritos sus nombres, y otro, que la pintura y el barniz se ha visto afectados por el humo de las velas y la acumulación de polvo y suciedad.
El órgano se desmontará y se trasladará para su restauración a un taller organero. La asociación tiene tres opciones sobre la mesa, y aún no hay una decisión tomada; en todo caso, Duplan explica que será un organista «muy profesional». Los trabajos durarán un año.