La Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del HUBU ha vuelto a trabajar con su capacidad estructural, 27 puestos, por primera vez en más de año y medio. La presión por la enfermedad del coronavirus es cada vez menor y no solo es que ya no se necesiten camas de otras áreas o servicios, sino que en la unidad confían en poder dar altas esta semana a enfermos de covid y bajar de los 6 críticos por la infección. La previsión es de mejoría sostenida y no solo en la UCI; el hospital en general se parece cada día más a lo que era antes de la pandemia, con el acceso de acompañantes a consultas y habitaciones y con una programación creciente de intervenciones de pacientes en lista de espera, tanto en los quirófanos como fuera de ellos.
Esta semana se está haciendo cirugía programada a diario en 16 quirófanos, cuando en condiciones normales se utilizarían 18 o 20, de los 22 que tiene el HUBU para lista de espera; otros dos se reservan siempre para urgencias. La planificación se hace en función de la disponibilidad de personal y, sobre todo, en función del número de enfermeros y anestesistas que haya. Estos últimos cada vez tienen más actividad fuera del bloque quirúrgico (a los partos se suman la unidad del dolor, procedimientos de cardiología y radiología intervencionista...) y, al igual que en las cirugías, hay una previsión de incremento semanal a medida que la situación mejore.
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