El Plantío vivió este martes una tarde mágica. Fue un ambiente diferente al que se vive cada quince días con el Burgos CF. Fue otra historia. Miles de niñas y niños, la mayoría acompañados por sus padres o entrenadores, llenaron las gradas del estadio. Resultó una fiesta en la que todos querían ver de cerca a las campeonas del mundo, convertidas ya en auténticas estrellas.
Desde la presentación se respiró un ambiente especial. El nombre de Jenni Hermoso o Alexia Putellas fueron coreados por medio estadio, también la burgalesa Adriana Nanclares, que vivió desde el banquillo su primera convocatoria con la selección española absoluta.
Los gritos de ánimo se mezclaban con los aplausos por cada ocasión del combinado nacional. Las ocasiones se sucedían, aunque también llegaba la incertidumbre por la falta de acierto en el remate final. El descanso dio una pequeña tregua antes del arreón final. Llegó el susto con el gol de la República Checa, pero fue un espejismo. La grada reaccionó de forma inmediata, lo mismo que las jugadoras sobre el terreno de juego. Marcaron María Méndez y Jenni Hermoso, que volvió a recibir una gran ovación, y llegó la calma. El partido estaba encarrilado y quedó sentenciado con el tanto de Mariona.
El pitido final dio paso a la celebración. Nadie quería abandonar el estadio. Las jugadoras lo celebraron sobre el terreno de juego antes de firmar innumerables autógrafos a los cientos de, sobre todo, niños y niñas agolpados al borde del césped. Y también sucedió después, cuando el autobús esperaba a las jugadoras. Querían verlas de cerca y despedirlas en una tarde que muchos de estos niños no olvidarán.