El Centro de Interpretación de la Lana, el museo interactivo sobre esta fibra de origen animal abierto en 2009 en el término municipal de La Horra por la Mancomunidad Ruta del Vino Afluente Rural, tan solo tiene garantizada su apertura hasta fin de año fruto de los implacables recortes presupuestarios aplicados a consecuencia de la política de austeridad de la Junta de Castilla y León.
Pese a que desde la agrupación municipal se envió a finales de la semana pasada un correo electrónico a las oficinas de turismo de la zona comunicando el cierre temporal de este recurso, el presidente de la mancomunidad, Luciano Burgos, ha asegurado que, por el momento, el también conocido como Parque de La Lana continua abierto con total normalidad.
Luciano Burgos reconoce que, al finalizar las ayudas a la contratación con que contaban por parte de la Junta de Castilla y León, ha sido imposible renovar a partir de este mes de octubre a la técnico de Turismo, Camino González, quien también se encargaba en gran medida de la atención a los visitantes del centro lanar.
Sin embargo, dado que se cuenta con otro técnico contratado, la agente de desarrollo local, Burgos considera que el centro se puede mantener abierto atendido por esta persona. «El parque no se cierra. Se ha despedido a una persona porque no hay dinero pero estamos esperando una subvención a ver si llega algo. De momento permanece abierto. Hay una chica trabajando. Antes había dos personas y ahora hay solo una. Esto es como una empresa que está el jefe y hay su gerente que lleva ahí trabajando y de la noche a la mañana dice: a la calle», señala.
Sin embargo el problema se va a generar cuando se agote la ayuda concedida para la contratación de la agente de desarrollo local, que según Luciano Burgos, solo está garantizada hasta finales de este año.
El presidente de la mancomunidad asegura que están intentando buscar financiación para renovar el contrato de las dos técnicos, tanto a nivel de la Administración regional, que se antoja bastante difícil, como de la Diputación Provincial de Burgos, que quizás podría ser la tabla de salvación. Unas gestiones de las que va a depender si el parque continua o se cierra hasta que se pueda volver a incorporar personal.
«Estamos ahora a la espera de cuatro cosillas. Y entonces ya determinamos si le cerramos o seguimos o qué. Pero de momento no está pasando absolutamente nada», subraya, indicando que están estudiando todo tipo de posibilidades para buscar recursos, sin descartar intentar que lo cubran los propios pueblos que integran la mancomunidad.