Las dudas del 'cinco'

Diego Izco (SPC)
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Tchouaméni, el 'Casemiro' que no llega, cumplirá este fin de semana 100 partidos con el Real Madrid

El mediocentro francés festeja un tanto con sus selección nacional

El Real Madrid firmó «una operación redonda» el 22 de agosto de 2022, el día en que 'sacaba' a un mediocentro de 30 años por casi 71 millones de euros. El Manchester United necesitaba un pivote defensivo de garantías y consideró que tirar la casa por la ventana por Carlos Henrique Casemiro era la mejor opción: el brasileño lo había ganado todo (varias veces) con el club blanco, había sido pieza fundamental, había dado cuerpo a ese triángulo mágico que cerraba tras Kroos y Modric, había saciado su apetito… y se vistió de rojo hace dos veranos. 

El movimiento, escribía la crítica en el momento, era redondo porque el 1 de julio, también de 2022, el Madrid había fichado a uno de los mediocentros más prometedores del panorama europeo. Quizás el mejor, según algunos: Aurelién Tchouaméni. Si 71 millones parecían muchos por un jugador de 30 años (pero ya confirmado), los 80 pagados por el Madrid al Mónaco por un futbolista de 22 (aún sin confirmar) también parecieron una cantidad exagerada. Se vendió, más o menos, como un 'cambio de cromos' con una penalización de apenas nueve 'kilos'. 

Más de dos años después, el 'nuevo Casemiro' no termina de aterrizar en el Bernabéu. El 'cinco' brasileño dejó 336 partidos en blanco y 18 títulos (incluidas cinco Copas de Europa), 65 cartulinas (solo en Liga) y decenas de exhibiciones en la contención, además de dar salida limpia al equipo cuando Kroos estaba marcado. La contratación de Tchouaméni pretendía llenar ese hueco con alguien incluso físicamente más dotado: 1,83 de Casemiro frente a 1,88 del francés, dueño de 82 kilogramos de pura potencia. Sin embargo, cada partido del galo recuerda al viejo anuncio de neumáticos que protagonizaba Carl Lewis: «La potencia sin control no sirve de nada». 

Irremplazable

 

Tchouaméni (Rouen, 27 de enero de 2000) firmó un contrato hasta 2028 que aseguraba al bloque merengue el mejor 'cinco' posible según las leyes del mercado y los «ojeadores del futuro», tal y como los definió Roberto Fontanarrosa: ojeadores, periodistas, representantes y todo tipo de 'asomados' al gran circo del fútbol capaces de asegurar sin rubor «este chico va a ser el mejor», «llegará hasta donde nadie ha llegado» o «es el heredero de Messi». Ignorando todos ellos que el azar o (en este caso) la presión y el peso de una camiseta, la del Real Madrid, lo condiciona todo. 

Muchos partidos del mediocentro francés en el Bernabéu han terminado entre rumores de desaprobación. Este fin de semana, si Ancelotti le da minutos, alcanzará sus 100 encuentros oficiales con el Real Madrid sin que la afición haya detectado aún la grandeza que se le presupone: ni el rigor táctico que permitía a Casemiro interceptar el peligro antes de que apareciese, ni la higiene en la salida del balón que tenía su antecesor. Por el contrario, parte de los seguidores blancos consideran que su presencia lastra el juego del equipo. 

«Tchouaméni es irremplazable en este Real Madrid», zanjó Ancelotti. El italiano, en su idea de juego, necesita un 'stopper' que sea un especialista defensivo… y Eduardo Camavinga, que hizo sus 'pinitos' el año pasado en medio de las ausencias, no lo es. Se trata de un futbolista diferente, más creativo y vistoso, y por eso es el 'favorito del Bernabéu' ante un Tchouaméni de juego más gris, más oculto. A pesar de esas críticas, es el líder en recuperaciones de LaLiga junto a su compañero Valverde, tiene un 92 por ciento de precisión en el pase (un notable 75 por ciento en el pase largo), y uno de cada seis balones que toca son en el campo contrario. Es el octavo futbolista del torneo con más pases buenos (519). 

Condicionado

La lesión que se produjo a comienzos de septiembre en el pie izquierdo ha lastrado su rendimiento. A pesar de su edad y su presencia física, es la quinta dolencia que ha sufrido desde que viste la camiseta del Real Madrid… y con todo ese bagaje, sigue siendo insustituible para Ancelotti y para Didier Deschamps, que de hecho le ha dado galones de capitán en este parón de selecciones. Hasta la fecha, Tchouaméni mostraba dos caras distintas en el Madrid y en su selección: un futbolista algo apocado y discreto de blanco, un tipo de apariencia imparable y exuberante (incluso goleador esporádico) con Francia. Sin embargo, en este parón también ha quedado 'retratado' de azul: su expulsión ante Bélgica estuvo a punto de costarle a los 'bleus' el triunfo (1-2) en la Liga de las Naciones. 

Después de esas dos amarillas evitables, según la prensa gala, sale de la concentración y regresa a Madrid, donde prepara ese centenario entre dudas, rumores sobre una posible salida el próximo verano y un clásico (26 de octubre) entre ceja y ceja: si los partidos grandes forjan a los grandes jugadores, el Madrid-Barça será una ocasión perfecta para 'ser' Casemiro y convencer a los escépticos.