Sin informar previamente a las instituciones españolas, y con el objetivo de «sumar» y «actuar por el interés nacional», tal y como apuntó él mismo ayer, el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero viajó el pasado miércoles a La Habana para reunirse con el mandatario cubano, Raúl Castro Ruz, en lo que fue calificado por el Gobierno castrista como un «cordial encuentro» en el que se abordaron «temas de vital importancia en la agenda regional e internacional».
Así lo confirmó el diario estatal Granma, que apuntó que, durante la cita, se habló de «las relaciones históricas que unen a ambas naciones», en un desplazamiento en el que el exmandatario estuvo acompañado por el extitular de Exteriores Miguel Ángel Moratinos.
Un gesto que, sin embargo, no sentó nada bien al actual Gobierno, cuyo jefe de la diplomacia, José Manuel García-Margallo, tachó de «desleal» e «inoportuno». Así, el ministro indicó que Zapatero y Moratinos ni informaron previamente al Ejecutivo del contenido de su viaje a la isla, aunque si habían comunicado su intención de desplazarse hasta el lugar en el marco de un «encuentro privado», ni de la reunión que iban a mantener con Castro. «En ningún caso, el departamento de Asuntos Exteriores ha tenido noticia de esa cita. Lo cual supone una extraordinaria deslealtad en la gestión de la política exterior», aseveró, añadiendo que tal iniciativa supone también «un ejemplo de inoportunidad».
Además, García-Margallo recordó que esta iniciativa ha tenido lugar en un momento en que la Unión Europea explora, «gracias a España», la posibilidad de alcanzar un acuerdo con Cuba que «supere la Posición Común» de 1996 que rige actualmente la relación de los Veintiocho con la isla y que vincula la intensificación de los contactos a que haya avances en materia de Derechos Humanos.
No en vano, el titular de Exteriores ligó el éxito del actual proceso de negociaciones con el Gobierno cubano a que el régimen castrista «dé pasos en el respeto a los Derechos Fundamentales» y hacia la apertura «a una democracia que dé al pueblo algo que decir».
ENTRAR EN POLÉMICA. Por su parte, Zapatero defendió su iniciativa en La Habana y aseveró que «es una norma que practico siempre, no voy a entrar en ninguna polémica con el señor Margallo y menos aquí, fuera del país. No lo hacía cuando era presidente y no lo voy a hacer ahora».
No obstante, se puso a disposición del Gobierno que lidera Mariano Rajoy para informarle de los resultados de su viaje, que proseguirá con otra escala en Bolivia. «España tiene que dar una imagen de unidad en los intereses que son de Estado, a los que cumplo fielmente», precisó el que fuera jefe del Ejecutivo entre 2004 y 2011, destacando su intención de facilitar todos los datos que se le puedan requerir sobre la visita.
De esta forma, explicó que su desplazamiento a la isla se enmarca en la iniciativa internacional que busca la abolición de la pena de la muerte en el mundo y que él promovió durante su mandato.
Cuba mantiene en su legislación la pena capital, aunque no está practicando ejecuciones, y éste fue uno de los temas que Zapatero y Moratinos abordaron en la reunión de dos horas y media que mantuvieron con Castro.
En este encuentro también se habló largo y tendido del proceso de negociaciones abierto entre la isla y EEUU para normalizar sus relaciones y que el exmandatario calificó de hecho «positivo» y «esperanzador». Y, en este sentido, defendió también la exclusión de Cuba de la lista norteamericana de países que patrocinan el terrorismo. «Creo que es conveniente y razonable que salga de ese documento», aseveró.
Finalmente, Zapatero recordó que la isla fue uno de los territorio a los que España recurrió para pedirles colaboración en el proceso que emprendió su Gabinete en busca del fin de la violencia de ETA y puso en valor que La Habana apoyó al país en esa lucha.
El expresidente del Gobierno y el exministro de Exteriores se reunirán hoy con el jefe del Ejecutivo de Bolivia, Evo Morales, un nuevo encuentro del que, tal y como mantuvo Zapatero, también tiene conocimiento el departamento de García- Margallo.