El Valdorrock regresa después de 13 años con nuevo formato

DB / Burgos
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El festival nació en 1999 y se mantuvo a gran nivel hasta 2010. El Ayuntamiento y varias asociaciones de la localidad impulsan de nuevo este proyecto musical

El logotipo del nuevo Valdorrock es obra del artista local Álvar Llorente. - Foto: DB

La música volverá a sonar en Valdorros el sábado 7 de octubre. Ese día regresa uno de los festivales gratuitos más antiguos del panorama nacional, el Valdorrock que nació el año 1999 y se mantuvo activo hasta 2010. 

El anuncio de la vuelta del mítico festival se completará la próxima semana cuando se den a conocer las bandas que participarán en el mismo. De momento se sabe que serán tres, una burgalesa, otra nacional con la presencia de un grupo emergente y un tercer grupo con una trayectoria ya consolidada.

Una de las novedades es que regresa en formato renovado, en horario diurno, adaptándolo  a todos los públicos y conservando su filosofía de festival gratuito. Esta nueva etapa ha sido posible gracias al impulso del Ayuntamiento y la colaboración de la Asociación Metal Castellae (organizadora del Zurbarán Rock Burgos) y el resto de asociaciones de la localidad; además, cuenta con el patrocinio de la Diputación Provincial, la Fundación Círculo, Madhervi y de las empresas GambaStar y GreendlandMX, instaladas en el municipio. 

El Valdorrock se celebró por primera vez en 1999, cuando el pueblo contaba con 120 habitantes. En años sucesivos, su repercusión fue creciendo y sobre el escenario se dieron cita bandas nacionales como Barón Rojo, Saratoga, Obús, Lujuria, Leize o Warcry, además de caracterizarse por  apoyar al talento emergente, dando cabida a bandas procedentes del entorno. El último año que se celebró asistieron más de 3.000 personas. En el cartel de ese año se incorporó por primera vez una banda de fuera de nuestras fronteras, los germanos Axxis.

Otra novedad que trae el Valdorrock es el nuevo logo, diseño del artista local Álvar Llorente, inspirado, eso sí, en el icónico logotipo creado en 2002 por Andrés Calleja.