Irrumpen los surtidores para movilidad multienergía sostenible

G. ARCE / Burgos
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Estos innovadores carburantes cuestionan la prohibición de los modelos de combustión fijada por el Parlamento Europeo para dentro de 11 años

Las gasolineras están aumentando su oferta de combustibles. - Foto: Alberto Rodrigo

El debate en torno al fin de los motores de combustión no está cerrado, pese a que apenas les quedan 11 años de vida comercial. En los últimos tiempos han ido cobrando protagonismo los nuevos combustibles renovables, como una alternativa complementaria a la electricidad y el hidrógeno verde en un futuro parque automovilístico descarbonizado. 

Dentro de los combustibles renovables se está trabajando en los biocombustibles avanzados, es decir, diésel y gasolina cien por cien renovable; y en los combustibles sintéticos, aún en periodo de pruebas. 
Las refinerías, en este caso de Repsol, ya se están transformando para emplear sustitutos del petróleo, principalmente, residuos orgánicos como aceites vegetales usados o restos agrícolas y forestales sin uso alimentario. 

Estos productos alternativos se van a elaborar en una planta de biocombustibles avanzados ubicada Cartagena, de próxima inauguración, que se complementará con otra que estará operativa en Puertollano en 2025.

Antes de que finalice el año, adelantan desde Repsol, se podrá repostar diésel renovable en cuatro estaciones de servicio de la red Repsol en la provincia, en 20 en el conjunto de Castilla y León y en más de 600 en el conjunto de la red nacional, integrada por 3.300 estaciones. 

Desde la compañía petrolífera se subraya que estos nuevos combustibles ya están siendo utilizados en flotas de transporte o líneas regulares de autobuses (algunas en Castilla y León) y que el objetivo ahora es que cualquier turismo -sea cual sea su antigüedad- pueda utilizar sin problema alguno, sin necesidad de adaptar ni los motores de los vehículos ni tampoco las estaciones de servicio y sus sistemas de distribución. 

Su precio es similar al de los combustibles fósiles premium de esta marca, lo que indica que es posible comercializarlos a precios competitivos, aunque aún mantienen la misma fiscalidad que los combustibles fósiles tradicionales, que son un 40% más caros que el autogás (GLP), cuyo uso se está implantado en algunos modelos de turismo. 

A día de hoy, la referencia es 2035, año en el que los coches de combustión dejarán de comercializarse. Hay una ventana abierta al uso de combustibles sintéticos más allá del 35 pero, por ahora, los vehículos que se muevan con diésel o gasolina renovable en su depósito no cuentan con las ventajas para la movilidad que sí disfrutan los eléctricos, como el poder acceder a las zonas de cero emisiones del centro de las ciudades de más de 50.000 habitantes.