Palo al cargador de Tesla en el Landa

I.E. / Burgos
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Desconocidos robaron el cableado de cobre de los aparatos una noche de la semana pasada en el aparcamiento del hotel. Los 'surtidores' de electricidad no sufrieron daños pero el servicio ha sido interrumpido

Los ladrones forzaron la tapa de la instalación y se llevaron el cable. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

El precio del cobre está al alza y como consecuencia de ello los robos en instalaciones hechas con este cotizado metal también van en aumento. Las bandas delictivas especializadas en este tipo de latrocinio no tienen miramiento alguno, no respetan nada, ni siquiera los servicios más sensibles a la protección del medio ambiente. La semana pasada, los ladrones hicieron una 'visita' al hotel Landa, en concreto a su aparcamiento, de donde se llevaron todo el cableado de cobre de la electrolinera que Tesla mantiene en dicho párking. Por suerte, los cacos fueron 'cuidadosos' y los 'surtidores' no sufrieron ningún daño, pero sí que han quedado inutilizados durante unos días, ya que la instalación eléctrica que propicia su funcionamiento sí que quedó destrozada.

Los delincuentes fueron discretos, puesto que los trabajadores del establecimiento no se dieron cuenta de su llegada ni de su huida. Es verdad también que la zona en la que se hallan los cargadores está muy alejada del hotel. Hasta la Policía Nacional no ha llegado todavía la denuncia, pero para identificar y localizar a los ladrones será clave la revisión de las cámaras situadas en el exterior del recinto, aunque los cacos bien pudieron colarse desde las fincas aledañas y marcharse por el mismo sitio.

Por el momento el servicio de electrolinera está suspendido hasta que la empresa propiedad de Elon Musk lleve a cabo su reparación en las próximas jornadas. Unos cuantos conductores han intentando recargar las baterías de sus coches eléctricos en los últimos días y no ha podido ser. El cobre es uno de los metales más preciados por los ladrones. Se halla en numerosas instalaciones eléctricas, muchas de ellas con apenas vigilancia, que se han convertido en objetivo principal de los cacos desde hace años. 

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