No es un caso puntual en una sola ganadería: la fiebre hemorrágica se está extendiendo imparable por la comarca de Pinares, donde prácticamente todos los ganaderos (en Hontoria, en Rabanera, Vilviestre, Quintanar, en La Gallega...) lidian desde hace semanas con una enfermedad que se está cebando con sus vacas. Pedro Luis Peñaranda, de Hontoria del Pinar, tiene enfermas a seis de sus cuarenta animales, y está profundamente preocupado. Cada mañana, a primera hora, se acerca a la dehesa en la que pasta su ganado para reconocerlas una a una. Las que tiene enfermas se encuentran en un cercado al margen, pero él ya sabe (porque lo padeció el año pasado), que esta fiebre aparece en los animales sin necesidad de contagio entre ellos, de ahí que emplee tanto celo en revisar sus reses. «Como vea a una que esté parada o no coma, malo. Eso es que ya empieza a enfermar. Hay que estar muy pendiente todos los días desde primera hora de la mañana».
Parece que los antibióticos que han recibido sus vacas enfermas están dando buenos resultados, pero no las tiene todas consigo: a otros ganaderos ya se les han muerto unas cuantas, y él mismo perdió una vaca y un toro el año pasado por la misma enfermedad (entonces, tuvo una docena de vacas afectadas). «Las afecta muy duramente a los músculos, se paran, pierden peso; la lengua, que se les pone azul, se les hincha y no pueden comer. Echan muchas babas. Algunas abortan, lo cual es jodido», explica. Económicamente es un palo, dice Pedro Luis: entre vacunas y veterinario la broma puede salir a unos 200 euros por 'paciente' cada vez que un animal es pinchado y revisado. «Lo que les pinchamos es antiinflamatorios, pero no es una vacuna. Algunas incluso empeoran mientras que otras mejoran. Ahora dicen que dentro de poco habrá vacuna, pero a saber...».
Las que se recuperan, dice este ganadero de Hontoria del Pinar, no valen luego lo mismo. «Han perdido mucha carne y claro, el beneficio es menor. Se quedan estrechan. Y otro de los problemas es que los terneros se quedan sin leche. Siempre estamos fastidiados, si no es por esto, es por el lobo». Compara Pedro Luis esta enfermedad (presuntamente provocada por un mosquito procedente del norte de África) con el Covid. «A algunos les afecta mucho, a otros menos y otros lo pasan sin enterarse. Pues con estas fiebres le pasa lo mismo al ganado».
«Nos sentimos solos». Tanto Pedro Luis como otros ganaderos de Hontoria y de la comarca se sienten indefensos y abandonados. Algunos no tienen claro que esta sea una enfermedad propagada de forma natural, sino artificial -también en este ámbito existen teorías de la conspiración-. Pero al margen de eso, la preocupación es cada vez mayor entre los ganaderos de esta comarca burgalesa. «Hace ya más de tres semanas que estamos así y aquí no ha venido nadie de la Junta. No dan soluciones de nada, salvo el anuncio de esa vacuna, que habrá que ver si funciona, cuánto cuesta...». Están todos preocupados. «Por lo que estamos viendo, muchas de nuestras vacas van a tener que ir al matadero. Y qué pasas con los gastos, ¿nadie nos va a ayudar? Llevamos más de veinte días y nadie se ha dignado a interesarse por nuestra situación ni a ofrecernos soluciones o ayudarnos a gestionarlo», apunta Míchel García, que tiene más de un centenar de vacas, de las que la mitad están contagiadas y dos se le han muerto.
Otros ganaderos afectados creen que este mal no viene tanto de un insecto como de la política europea.«Esto tiene que ver con la Agenda 2030. Si creen que estamos estorbando, que nos lo digan. No quieren que haya ganaderos como nosotros, lo tenemos claro. Tengo un chaval que se ha dado de alta hace dos años y no le han aprobado todavía la primera instalación. Y es porque no les interesa que haya gente joven, que haya relevo generacional. Pero ni siquiera que estemos nosotros. Esto no es un mosquito, que los ha habido siempre», apunta Lucas Martín, que también tiene vacas enfermas, además de haber perdido una.
No ven una fácil y rápida solución. La docena de ganaderos de Hontoria, que poseen más de medio millar de cabezas, están en un sinvivir. «Estamos jodidos y preocupados. Y es todo muy extraño. Donde hace meses pegó duro, ahora no hay nada. Y al revés. Ahora esta fiebre está extendida por aquí, por todos los pueblos de la comarca. No sabemos muy bien qué hacer, estamos bastante perdidos. El foco está aquí desde hace más de veinte días y ya se está pasando a las lagunas y a Soria. Es una plaga. A la Junta le pedimos que se preocupe un poco por nosotros y que nos ayude con los gastos. Es que nadie ha venido por aquí. Eso sí, para las inspecciones siempre están», apostillan
Vacuna e indemnizaciones. El pasado mes de julio se comunicó que el grupo biotecnológico Zendal ha desarrollado una vacuna frente a la enfermedad hemorrágica epizoótica que afecta al ganado bovino y que será voluntaria para los ganaderos previa prescripción de su veterinario. En este sentido, el sindicato agrario Asaja valora de manera muy positiva esta noticia y solicita «que la misma sea gratuita, para intentar con ella minimizar los importantes daños a nivel económico y clínico que este virus ha ocasionado en las últimas campañas. Se trata de una vacuna inactivada, autorizada de forma temporal y que cumple con todas las condiciones de seguridad y eficacia exigidas por AEMPS (Agencia Española de Medicamentos)».
Desde finales del 2022 la enfermedad se ha diseminado ampliamente por todo el país, señalan desde la central agraria, provocando problemas clínicos en el bovino con fiebre, lesiones en la mucosa bucal, cojeras, inflamación de la lengua, diarreas, abortos, etc. Y es por ello que solicita indemnizaciones económicas para las explotaciones afectadas «que compensen los daños económicos ocasionados, y agilidad en el pago, ya que todavía están pendientes pagos por los daños ocasionados hace un año. Asimismo solicitamos a las administraciones competentes toda la información existente sobre esta enfermedad para que los ganaderos puedan tomar decisiones correctas para atajarla y recordamos a todos los ganaderos afectados que, ante cualquier sospecha de esta enfermedad en su explotación, deben de ponerse en contacto con la Sección Agraria Comarcal correspondiente».