La Arandina quiere seguir sacando brillo a su temporada histórica. Después de certificar su título liguero el pasado domingo, los pupilos de Álex Izquierdo afrontan un reto que muy pocos pueden aceptar: culminar la campaña invictos. Junto al Barakaldo (Grupo IV), es el único equipo que aún no conoce la derrota en competición liguera dentro de las cinco categorías nacionales. Una auténtica carrera de supervivencia.
30 partidos han pasado desde que el equipo de Álex Izquierdo perdía por última vez. Habría que remontarse hasta el 14 de abril de 2022 para poder observar dicho escenario. Es decir, 363 días. Prácticamente un año natural. Por aquel entonces el Numancia B lograba ahogar las posibilidades de play-off a los blanquiazules tras vencer por 3-1 en la Ciudad Deportiva Francisco Rubio.
Después de dos triunfos para cerrar la temporada 21/22 (Ciudad Rodrigo y Atlético Astorga), fue el turno de una campaña que difícilmente caerá en el olvido. La del segundo título liguero del Grupo VIII, la de los invictos, la del fortín en el Juan Carlos Higuero, la del mejor arranque histórico del club... Una enorme encadenación de datos positivos. 28 jornadas después, aún se mantiene ese carácter competitivo y fruto de ello se puede observar en la clasificación: 19 victorias, 9 empates y ninguna derrota. 66 puntos.
Estas cifras colocan al equipo ribereño como el tercer mejor registro actual de la categoría. Únicamente superado por Barakaldo (72 puntos) y Águilas (69 puntos), e igualado por el histórico Marbella. Números que van más allá de una candidatura a competir en Segunda RFEF. Dígitos que vislumbran un proyecto destinado a asentarse en la cuarta categoría del fútbol nacional.
Tras el festín de esta semana, la Arandina quiere poner la guinda. A falta de dos jornadas, tiene la posibilidad de hacer una temporada limpia. El próximo domingo volverá a jugar en el Juan Carlos Higuero para medirse al Mirandés B entrenado por Jonathan Prado. El derbi burgalés podría confirmar la salvación del filial rojillo en caso de que logren sumar, puesto que un hipotético descenso del Cristo Atlético produciría el arrastre del decimocuarto clasificado en la tabla.
La campaña culminará con la visita a la Ponferradina B. En dicho duelo ninguno de los dos equipos se jugará nada, por lo que se anticipa un partido de grandes rotaciones, despedidas y diversión.
La Arandina no quiere dejar pasar su oportunidad de cerrar una temporada perfecta y se presentan dos últimas jornadas con algo más que el orgullo en juego.
Los filiales de la categoría de plata no pondrán las cosas fáciles, por lo que los ribereños tendrán que seguir exprimiendo su rendimiento hasta el último minuto de la última jornada.