«Tenemos una relación muy buena con el Mirandés. Han ido muchos jugadores nuestros a jugar allí y luego se han asentado en el primer equipo». Ernesto Valverde, entrenador del Athletic Club, reconocía el pasado verano tras un amistoso en El Plantío el estrecho vínculo que existe entre los dos clubes y el beneficio que supone para ambas partes esta histórica conexión entre 'vecinos'. El 'Txingurri' mencionaba los casos de Dani Vivian o Beñat Prados como ejemplos de crecimiento y este curso está viendo cómo la película se repite con otros 'cachorros' como Hugo Rincón, Unai Egiluz o Urko Izeta.
La historia de amor entre el Athletic Club y el Mirandés tiene una trayectoria muy dilatada en el tiempo, pero no siempre la llegada de futbolistas a las orillas del Ebro ha seguido el mismo patrón. Al principio, cuando el Mirandés ascendió a Segunda División allá por 2012, llegaba un perfil de jugador veterano para dar los últimos coletazos a su carrera y después de haber triunfado en San Mamés. Eran viajes con solo billete de ida.
César Caneda estuvo cinco temporadas de rojillo entre 2010 y 2015. Cuando firmó, ya tenía 32 años y había jugado tres campañas en la élite con el Athletic Club. Koikili también se incorporó superada la treintena después de cinco años en la élite de rojiblanco. Otros ejemplos en ese sentido son Txomin Nagore, que jugó en Anduva con 39 años, o Ion Vélez, que disfrutó de una temporada en tierras burgalesas y luego se marchó al Tudelano.
Además, hubo varios futbolistas que se formaron en Lezama, compitieron con el filial y después no les dio para asentarse en el primer equipo. Es el caso Josu Hernáez, Asier Goiria, Mikel Martins o Gorka Kijera. Algunos de ellos, como Kijera, pasaron años en Miranda y se convirtieron en jugadores con peso en la historia reciente del club. Más recientes son las incorporaciones de Galder Cerrajería y Odei Onaindia, entre otros.
Sin embargo, hace algún tiempo, ya que el Mirandés se ha convertido en el equipo de confianza de aquellas promesas que quieren dar un salto deportivo en sus carreras y el Athletic Club es uno de los clubes que más se ha beneficiado de ello.
Las explosiones más llamativas fueron las de Dani Vivian, que ahora es un fijo para Valverde y viene de ganar la Eurocopa con la selección española, o la de Beñat Prados, dueño del mediocampo rojiblanco. No son los únicos que volvieron al primer equipo bilbaíno tras vestirse de rojillos. Íñigo Ruiz de Galarreta es clave a día de hoy en los planes de Valverde e Imanol García de Albéniz e Íñigo Vicente también regresaron a San Mamés, aunque luego se tuvieron que buscar la vida fuera. Y es que no todos han podido hacerse hueco en Primera División, donde la competencia es brutal.
Por ejemplo, Javi Martón lo hizo muy bien en Miranda el año pasado y, tras quedarse en el primer equipo a probar suerte, ha tenido que salir al Albacete en el mercado de invierno. Todos los 'cachorros' son conscientes de la dificultad de cumplir su sueño y está demostrado que la parada en Anduva es un escaparate espectacular para ganarse una oportunidad en casa. En ello están Izeta, Rincón y Egiluz, quienes lucen esta temporada a las orillas del Ebro con la idea de volver.
El banquillo. Más allá de jugadores, también hay entrenadores que han relanzado sus carreras en Miranda. Joseba Etxeberria ha ido perdiendo caché, pero se marchó a un Eibar que luchaba por el ascenso, y Andoni Iraola pasó del Mirandés al Rayo Vallecano y de ahí se ha convertido en uno de los técnicos de moda de la Premier con el Bournemouth. El éxito tiene un denominador común: Anduva.