A las 19 horas empezaba a sonar la música en el recinto del Picón en Aranda de Duero, para dar paso al primer capítulo nocturno de la 27 edición de Sonorama Ribera. A diferencia de otros años, el espacio se abrió al completo para que los asistentes se fuesen ubicando en la nueva disposición de los escenarios y para dar cabida a la música de los primeros grupos encargados de ir calentando la noche y a la riada de disfraces, un clásico en el inicio del festival, que pusieron la nota de color entre las ya llamativas camisas hawaianas.
Las ganas de disfrutar de todo hacía que el trajín de sonorámicos se repartiese entre los escenarios principales, para empezar a vibrar con La Bien Querida, Standstill, Califato 3/4 o Juancho Marqués, algunos de los nombres que arrancaron el cartel de esta edición de Sonorama Ribera, y el fondo del recinto, donde Miguel Martín y Héctor de Miguel ejercieron de maestros de ceremonias del concurso de disfraces, en el que los 'jueces' lo tenían difícil para elegir ganadores.
Para hacer tiempo, muchos asistentes se acercaban a los diferentes expositores repartidos por el recinto, entre concierto y concierto. O aprovechaban para sacarse las primeras fotos de este festival, hasta la llegada de algunos de los artistas más esperados: Los Planetas con su Super 8 para los indies clásicos, Ladilla Rusa para los más fiesteros o Recycled J para los que siguen las nuevas tendencias.
- Foto: Alberto RodrigoLa organización estima que, a lo largo de estos días, 35.000 personas vibren al unísono en este espacio al aire libre y en los escenarios del casco histórico arandino.