Nada más comenzar el año Andy Rodríguez salió del Burgos CF después de dos temporadas y media como blanquinegro. «Hay veces que hay que tomar decisiones», comenta el protagonista. Julián Calero lo quería en su Cartagena y pretendía que el andaluz fuera una de las piezas clave en la segunda vuelta, por lo que nada más llegar le otorgó la titularidad. «Quería mostrar que estaba bien, que había superado la lesión y que si no jugaba era por decisión técnica», señala.
Andy ha renacido en su nuevo destino. Ha vuelto a demostrar que tiene un guante en su pierna izquierda, que es un buen jugador de equipo y un centrocampista que hace mejor al colectivo. La llamada de Calero y la falta de minutos provocaron que cambiara de aires y que dos meses después de su decisión regrese a El Plantío como rival. Es una de las caras nuevas de un Cartagena que nada tiene que ver con el que deambulaba por la competición en el primer tercio de Liga y que se planta en Burgos como el mejor equipo de la segunda vuelta pese a haber perdido su último encuentro ante el Elche.
Reconoce que vivió un mes de enero «muy movido y con muchas emociones», aunque celebra que todas fueron «positivas». El trabajo diario fue su aval en esa primera parte de la temporada que estuvo en el Burgos, aunque no fue suficiente para convencer a Jon Pérez Bolo de que podía ayudar al equipo. Solo jugó 348 minutos, aunque tuvo tiempo de dar dos asistencias, su especialidad.
Recibí la llamada de Calero y pensé que era una oportunidad. Hay veces que toca tomar decisiones"
«Venía de una situación especial al no jugar la anterior campaña por una lesión de gravedad. Desde la pretemporada fui uno más, pero ves que no tienes minutos pese a que te hace falta más que a ninguno. Eso supone que no puedes coger ese ritmo de competición. No era una cuestión física. Desde la pretemporada he participado en todas las sesiones de entrenamiento y siempre he estado disponible. Lo único que podía hacer era trabajar», explica el futbolista, que en ningún momento reprocha nada al cuerpo técnico. «Esto es el fútbol profesional y es el entrenador el que decide. Solo queda trabajar para tener una oportunidad», responde.
Lo que se ha demostrado en Cartagena es que el de Almuñécar estaba en condiciones de aportar su granito de arena y en el conjunto murciano ha sido incluso el protagonista positivo en algunos partidos. «En Burgos trabajé de igual forma que cuando jugaba todos los minutos y eso me ayudó a que en Cartagena se notara lo menos posible mi falta de ritmo», comenta.
En poco más de dos meses se ha podido ver una buena versión de Andy, aunque el futbolista asegura que sigue siendo «el mismo». Su discurso es siempre colectivo y asegura que siempre piensa «en el bien común». «Lo que está claro es que tengo más ritmo de competición, que es lo que te dan los partidos, aunque la confianza es la misma porque siempre he confiado en mi trabajo y sabía que estaba para competir», expone.
Quería mostrar que estaba bien, que había superado la lesión y que si no jugaba era por decisión técnica"
Ventaja. Las circunstancias han permitido que su adaptación haya sido más fácil de lo esperado. «Conocía al entrenador y su forma de trabajar y eso me ha ayudado», reconoce y añade que también sus compañeros se lo han puesto fácil. Llegó a Cartagena sabiendo lo que Calero le iba a pedir en cada partido y eso es una ventaja. Desde el principio tuvo la confianza plena del cuerpo técnico y su trabajo ha hecho el resto. «También sabía que no me iba a regalar los minutos por conocerme, que me iba a exigir como a todos», recuerda.
Este sábado tendrá enfrente a varios amigos, aunque sabe que una vez que empiece a rodar el balón todos se olvidarán de esa amistad y buscarán el beneficio del equipo. Espera un buen recibimiento en El Plantío. «Siempre he notado mucho respeto de la afición hacia mí. Cuando me lesioné me mostraron un gran cariño y estoy agradecido», finaliza el exblanquinegro.