El equipo de Gobierno da marcha atrás y anulará el concurso convocado para la redacción del proyecto para convertir el antiguo Asador de Aranda, en La Llana de Afuera, en un centro enogastronómico al que se accedería por Fernán González a través de un 'volumen acristalado'. Es cierto que el actual Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) contempla esta posibilidad pero el temor a un dictamen negativo de la Comisión de Patrimonio de la Junta o de Icomos, el organismo asesor de la Unesco, como ya sucediera con el centro cidiano, así como las voces en contra de los vecinos han sido determinantes para hacer reflexionar en el número 1 de la Plaza Mayor.
De este modo, se trabajará de manera urgente en la redacción de un nuevo pliego que elimine ese nuevo acceso y la intervención se ciña al edificio actual. El concejal de Turismo, Carlos Niño (PP), asegura que es un proyecto que el equipo de Gobierno quiere hacer sí o sí, dado que figuraba en su programa electoral y prefiere evitar cualquier polémica. Además, el nuevo planteamiento evitaría tener que redactar un estudio de detalle, de modo que se ganaría tiempo a la hora de rehabilitar el edificio y terminar las obras antes de final de 2025 al estar en su mayor parte financiadas con fondos europeos. «Queremos sacar este proyecto adelante y no queremos que pase como en iniciativas anteriores», insistió.
Según el programa de contenidos del centro enogastronómico, la planta baja del inmueble tendrá un uso didáctico para promover el conocimiento de los productos de Burgos y sus elaboraciones, pero también de ámbito nacional o internacional. Se plantea mantener el horno de leña existente o bien crear uno nuevo para desarrollar una zona de demostración y una escuela de asado.
En la primera planta se dispondrá un espacio multiusos donde poder degustar catas de productos de Burgos realizadas por los productores, cocineros, por enólogos y sumilleres. Además, deberá disponerse espacio para eventos de showcooking, cursos de cocina, conferencias sobre el ámbito de la gastronomía y la enología y todas aquellas actividades que se encuentran programadas en la propuesta de uso del edificio.
Finalmente, en la planta sótano se instalarán los aseos del edificio y zonas de almacenaje (se incluirá una bodega), así como las instalaciones de mantenimiento y de gestión. El presupuesto rondará los 700.000 euros, aunque la cifra dependerá del proyecto que se elija finalmente.
Nada más conocer los contenidos del pliego de condiciones del concurso, se constituyó una plataforma en defensa de que el mirador siga siendo un espacio público, dado que desde el mismo se observan las mejores vistas de la Catedral y está en el Camino de Santiago, ambos Patrimonio Mundial.