Sistemas Eólicos de Muñó SL no va a tener tan fácil como pensaba levantar un parque eólico con 23 aerogeneradores y 140 MW de potencia en los términos de Arcos de la Llana, Cogollos, Estépar, Presencio, Sarracín, Valdorros y Villangómez. La compañía, creada en 2020 en Valladolid, presentó a finales del año pasado una solicitud para construir un complejo de energía renovable en un entorno ya de por sí plagado de molinos. Y es que, en un radio de 20 kilómetros, coexisten hasta 15 parques en funcionamiento a los que se sumarán otros 13 que están en plena tramitación.

La sociedad inició en noviembre la fase de determinación de afección ambiental, un paso que sustituye al antiguo estudio de impacto ambiental y que ayuda a agilizar los permisos. Sin embargo, se ha topado con la negativa de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental, adscrita a la Secretaría de Estado de Medio Ambiente del Ministerio para la Transición Ecológica.

¿El motivo? No entregar todos los documentos que exige el Gobierno para dar su visto bueno y que el expediente pueda continuar su tramitación. Y es que Sistemas Eólicos de Muñó quiso solventar este paso con un estudio del ciclo anual de avifauna desactualizado. Además, el informe sobre el impacto que tendrá el ruido de los aerogeneradores en el entorno carece de resultados numéricos sobre los efectos de este complejo en el hábitat natural. Del mismo modo, el Ejecutivo central le reprocha la ausencia de un estudio de sombras para valorar los potenciales efectos sobre la población del entorno. Igualmente advierte de la falta de la resolución del informe de prospección arqueológica -siempre y cuando la Junta lo haya emitido-.

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