Con más de 700 alumnos matriculados este curso escolar, el instituto Diego de Siloé continúa padeciendo la falta de espacios que se ha intentado paliar en el tiempo con el acondicionamiento de aulas en lugares no habilitados para este fin. Los problemas se solventarán de forma definitiva con el proyecto de ampliación del centro actual, que contempla la ejecución de un nuevo inmueble anexo planteado como una ambiciosa actuación que alcanza un presupuesto de 11,5 millones de euros, frente a la anunciada inicialmente de 1,1 millones de euros para la ejecución de un aulario, pero sobre la que no se conocen avances administrativos desde hace ahora un año.
La Consejería de Educación, de quien depende esta infraestructura, formalizó el contrato para la redacción del proyecto básico y de ejecución, así como la dirección facultativa y coordinación de seguridad y salud, en marzo de 2023 al arquitecto Ricardo González, tal y como consta en la documentación recogida en la Plataforma de Contratación del Sector Público. El coste de este trabajo asciende a 448.789 euros, 100.000 euros menos que el presupuesto base de licitación, paso que la Administración regional dio en junio de 2022.
El tiempo previsto para la realización de este trabajo es de 5,5 meses, a excepción de la dirección facultativa que «tendrá una duración igual a la del contrato de obra del que es complementario» y cuyo periodo de ejecución se extenderá en el tiempo en torno a los 18 meses. La Consejería cuenta desde el pasado verano con el proyecto básico, tal y como confirmó su adjudicatario, mientras que el límite para el de ejecución finalizó en octubre.
Precisamente, a ese pasado periodo estival se remonta la última visita que técnicos del citado departamento regional cursaron al instituto de la zona sur, confirmando que el futuro edificio se convertirá en un ejemplo de sostenibilidad al contar con la máxima certificación energética y aprovechamiento de energías alternativas. Su directora, Áurea Arranz, alaba esta apuesta por parte del Gobierno autonómico, al igual que el hecho de que se plantee un proyecto de ampliación de mayor envergadura que el inicial, si bien subraya la urgencia de espacios que necesita el centro.
Elevada matrícula. De hecho, la dotación educativa ha sido objeto de varias actuaciones para paliar esta problemática, teniendo en cuenta el creciente aumento de la matrícula, 100 alumnos más en solo 4 años, que se prevé mantener en el tiempo al contar con tres colegios adscritos (Padre Manjón, Sierra de Atapuerca y Villagonzalo Pedernales), además de ser el único centro público de la zona sur de la capital, junto al instituto López de Mendoza, que también sufre ese mismo déficit. En un primer momento, concretamente en el curso 2017-2018 se adecuó la antigua vivienda del conserje como sendas aulas para la asignatura Inglés, mientras que dos años más tarde se requirió de una segunda.
En esta ocasión, la actuación se desarrolló convirtiendo en aulas espacios docentes como un laboratorio o los talleres de plástica y tecnología, que no han vuelto a recuperarse, mediante la colocación de tabiques móviles, algo que, según Arranz, no «resulta lo más idóneo» para espacios docentes de estas características. Por ello, urge el inicio de las obras de ampliación en favor de la «calidad educativa».
Por el momento, se desconoce cuándo se sacarán a concurso los trabajos de ejecución del nuevo edifico, que estará conectado con el actual y ocupará una superficie de más de 3.000 metros cuadrados dentro de una parcela de uso dotacional de 12.000 metros. El inmueble no podrá superar las tres alturas (dos más planta baja) y dispondrá de 32 unidades, que se corresponderán con 32 plazas de aparcamiento. La Junta recoge en los presupuestos para este año una partida de 800.000 euros con destino a su ejecución, la misma con la que se contaba en septiembre.