La Agencia Tributaria llevó a cabo la semana pasada una operación en Burgos contra el contrabando de tabaco al interceptar en Villariezo al menos un contenedor procedente del puerto de Valencia que iba cargado de cajetillas, presumiblemente procedentes del sudeste asiático. Según algunas fuentes consultadas por este periódico el valor de la mercancía en el mercado negro podría alcanzar más de un millón de euros.
Funcionarios del departamento de vigilancia aduanera establecieron un dispositivo después de recibir el chivatazo de que en el puerto de Valencia había llegado al menos un contenedor de tabaco con destino a España. En lugar de interceptar allí la carga, dejaron que un camión la recogiera y emprendiera un viaje cuyo destino en ese momento la Agencia Tributaria desconocía. El objetivo no era otro que identificar y localizar también a los compradores, que presumiblemente iban a distribuir también las cajetillas no solo en España sino por toda Europa.
A finales de semana los empresarios del polígono de El Clavillo, de Villariezo, observaron un movimiento inusual de Policía y Guardia Civil, sobre todo de agentes de paisano, que no eran otros que los funcionarios de vigilancia aduanera. Al parecer, la Agencia Tributaria siguió el contenedor por carreteras de media España hasta llegar a Burgos. La sorpresa fue que no se detuviera en Madrid, que suele ser el destino de estos cargamentos.
El departamento dependiente del Ministerio de Hacienda informará oficialmente en los próximos días de los detalles de la operación y aún no ha trascendido si se produjeron detenciones. Fuentes consultadas por este periódico aventuran que los receptores del tabaco seguramente habrían constituido una sociedad hace pocos días o semanas y habrían alquilado una nave en Villariezo para guardar el tabaco. Y lo más probable es que contrataran a un par de trabajadores para que acudieran a la nave el día de la llegada del transporte para descargar las cajetillas.
Buena parte del tabaco de contrabando que procede de China y otros países asiáticos se elabora con productos de muy mala calidad, incluso puede llegar a ser tóxico, por lo que la operación de la Agencia Tributaria no solo va dirigida contra el fraude sino también encaminada a preservar la salud de los consumidores. Estos cigarrillos no se distribuyen a los estancos sino que va directamente a cafeterías, tiendas de comestibles, restaurantes, que pagan un precio muy bajo por él.