El edificio de las Adoratrices se derribará en abril

I.E. / Burgos
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La Cofradía de la Concepción lo compró hace 5 años para poner en marcha en un nuevo inmueble un centro de 110 plazas y un instituto de investigación biomédica

La nueva infraestructura sustituirá a este inmueble del Paseo del Empecinado. - Foto: Alberto Rodrigo

El proyecto de la Cofradía de la Concepción para levantar un gran hospital geriátrico en el Paseo del Empecinado está cada vez más cerca de hacerse realidad. Tal como adelanta su presidente, Fernando Saiz, el edificio que ocupaba la Congregación de Hermanas Adoratrices empezará a derribarse el próximo mes de abril, una vez obtenidos todos los permisos municipales. La clínica, que dispondrá de 110 plazas, será gestionada por  el grupo sociosanitario Ballesol, que es líder en administrar este tipo de servicios a los mayores. En paralelo, afirma el propio Saiz, la Cofradía impulsará en la misma parcela (de 4.000 metros cuadrados), pero separado del centro geriátrico, un instituto de investigación biomédica.

Fue en el año 2012 cuando la institución burgalesa se hizo con el inmueble de las Adoratrices en el Empecinado. Y muy pronto la Cofradía se dio cuenta de que, pese a que el inmueble se había construido recientemente, iba a ser necesario tirarlo abajo para levantar un nuevo edificio que acogiera el hospital geriátrico, «ya que la organización interior de espacios no era la adecuada para albergar un centro de esa naturaleza». En 2019 el proyecto estaba bastante avanzado, pero se cruzó la crisis de la covid y es ahora cuando la infraestructura destinada al cuidado de mayores empezará a ver la luz. Tampoco ha sido tarea sencilla conseguir todos los permisos urbanísticos de derribo y construcción del nuevo inmueble, según afirma el propio Saiz.

Nada más concluir el derribo empezarían las obras de construcción. La previsión de la Cofradía es que el centro pueda estar listo a finales del año 2025 o principios de 2026. En el proyecto se invertirán 9 millones de euros, que será gestionado por la empresa Ballesol y en cuyo diseño ha participado el estudio burgalés de arquitectura AJO, además de otra firma ubicada en Madrid.