Fernando Martín, escayolista de profesión, fue asesinado en su casa del barrio mirandés de Anduva el viernes 28 de abril, un día antes de que se denunciase su desaparición. Según ha podido saber este periódico, la víctima recibió un disparo mortal en el vientre tras discutir presuntamente por un asunto de drogas con Salomón D.J., el único de los siete miembros de la misma familia que fueron detenidos que aún permanece en prisión provisional por esta causa, tras haber pasado unos días hospitalizado por una dolencia sobrevenida.
Se sospecha que el fallecido no estaba directamente involucrado en el tráfico de sustancias estupefacientes pero que de alguna manera había accedido a colaborar con los sospechosos, vecinos suyos, para encubrir sus actividades delictivas.El papel de Martín sería el de ocultar los paquetes de droga en su domicilio para que en el caso de que las fuerzas de seguridad procedieran a registrar sus viviendas, no encontrasen las pruebas del delito. Todo apunta a que no se trataba de un favor personal ni actuaba de forma altruista, sino que percibía dinero a cambio de esa ocultación.
Sin embargo, algo grave ocurrió la jornada previa a que la familia comunicase oficialmente a las autoridades su desaparición. Según los primeros avances en la reconstrucción del caso, el sujeto encarcelado como principal sospechoso -que es también el más joven de los arrestados, con 23 años- bajó a casa de su vecino a reclamar la droga que Martín tenía en 'custodia'. Este se la entregó, pero no estaba el cargamento completo, o al menos Salomón echó en falta una parte. En ese momento, se supone que ambos comenzaron a discutir y los ánimos se caldearon hasta el punto de que el joven sacó una pistola, de las amenazas pasó a la acción y le disparó. Al menos un tiro impactó en el vientre del escayolista y provocó su fallecimiento en un espacio relativamente corto de tiempo, que tendrán que determinar los forenses en su informe definitivo.
Al comprobar las consecuencias de su actuación, el presunto homicida decidió movilizar a su familia, todos residentes en el mismo edificio de la calle Rioja, junto a la Fábrica de Tornillos. La investigación policial dirigida por el Juzgado de Instrucción número 1 de Miranda de Ebro deberá concretar las labores que desempeñó cada uno de los supuestos implicados en los momentos posteriores al fallecimiento de Martín, pero se presume que los seis colaboraron en las tareas.
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