Los fondos europeos no llegan a las pymes burgalesas

G. ARCE / Burgos
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Su complejidad, las exigencias que entraña su solicitud y los tiempos para su concesión han ahuyentado a las pequeñas empresas locales, todo lo contrario de la Administración Pública, convertida en la gran consumidora de los Next Generation

Los fondos europeos no llegan a las pymes burgalesas - Foto: Alberto Rodrigo

Es un riego por goteo continuo y masivo que casi no se percibe, pero que hoy es vital para nuestro crecimiento. Quizá sea esta la imagen más ilustrativa de lo que está suponiendo para Burgos la irrupción de los fondos Next Generation desde enero del 2021, una pequeñísima parte -aunque muy significativa para nuestra economía- de los 140.000 millones de euros entre préstamos y ayudas a fondo perdido que la Unión Europea asignó a España para impulsar su recuperación tras la crisis sanitaria.

No hay datos provincializados exactos, pues hay muchos proyectos transversales que no conocen límites territoriales, y es muy difícil dimensionar con exactitud los ámbitos públicos y privados tocados por el dinero europeo, lo que prueba que son muchos en Burgos.

Este es un balance, reconocen los expertos consultados, que necesitará de la distancia de los años para valorar en profundidad los cambios que están sucediendo y su trascendencia en el tiempo.
Globalmente, ya se han superado los 80.000 millones de euros asignados a nivel nacional, aunque poco más de la mitad de esta cantidad se ha resuelto, es decir, está en manos de los solicitantes del sector privado y de los hogares.

En Castilla y León, según el último balance de seguimiento del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia fechado en agosto, se alcanzan los 1.655 millones y un 61,9% de tasa de resolución, por encima de la media española.

Los fondos no están llegando a la pyme, que no quiere riesgos y que ahora cuenta con bastantes recursos"
Javier Casado, director del área de negocio de Cajaviva

Si atendiésemos al peso de la economía burgalesa en la Comunidad, superaríamos los 350 millones localizados en el territorio. Pero estos solo son los primeros, pues hay muchos proyectos nacionales apoyados por Europa que pasan por Burgos y que implican a empresas y empleo local.

Digitalización. Apenas una cuarta parte de los fondos que se pueden territorializar han sido absorbidos por las empresas, las que mueven la economía, y se han focalizado en su modernización interna, principalmente en la digitalización de procesos, mejoras medioambientales y el cambio de modelo energético.

El Kit Digital, programa dotado con un presupuesto de 3.067 millones de euros, ha facilitado soluciones digitales a más de 490.000 empresas, más de 4.300 de ellas de Burgos. Ha sido el que más éxito está teniendo entre pymes, micropymes y autónomos locales, superando los 19 millones en ayudas concedidas para su digitalización desde finales de 2021.

Agenda urbana. La agenda urbana y rural, en manos de la Junta de Castilla y León, la Diputación y los ayuntamientos,  se come otra cuarta parte de los Next Generation, gastada hasta la fecha en los proyectos de movilidad sostenible, rehabilitación de vivienda y regeneración urbana y transformación ambiental y digital de la capital y de los pueblos.

El abanico de los proyectos que se incluyen en este ámbito es inmenso y variado. En Burgos, por citar algún ejemplo reciente, se han beneficiado de Europa la construcción del Mercado Norte provisional, la residencia de mayores de Cortes, las peatonalizaciones de Gamonal, las paradas de autobús urbanas, la reforma de la sede de la Policía Local y de Bomberos, los contenedores subterráneos de basuras... 

Las convocatorias son complejas y difíciles de entender. Los plazos de evaluación se alargan más de un año y el cobro también"
Gerardo Fernanz, experto de Euro-Funding

Se han colocado cubiertas sobre los yacimientos de Atapuerca, ha habido mejoras en hospitales, en las depuradoras, se han comprado camiones antiincendios, se han construido torretas de vigilancia y un larguísimo etcétera, sin olvidar las grandes infraestructuras de transporte nacional, que también pasan por la provincia y beben abundantes millones de Bruselas. Adif, el constructor del AVE, es el mayor receptor de fondos. 

Un 15% de los fondos regionalizados se ha destinado a infraestructuras de todo tipo y un 7% se ha gastado en la modernización de la Administración, en empleo, en la transición energética y en ciencia y salud, respectivamente.

Pese a las enormes dificultades y retrasos en su gestión, coinciden los expertos consultados, la ingente cantidad de dinero procedente de Europa supera por su propio peso todos los obstáculos y, aunque se estén perdiendo cientos de millones en el camino, los que están llegando cubren hoy muchos balances de empresas, pagan muchos salarios de trabajadores y han permitido y anticipado una disponibilidad de fondos económicos a las administraciones que han hecho realidad muchas actuaciones impensables antes de la pandemia.

Paradojas. Pese a su bondad de fondo, los Next Generation se han atragantado a sus principales destinatarios, las empresas burgalesas, especialmente a las pymes (y también para las medianas y grandes). Las condiciones de acceso son casi imposibles, no solo por lo estricto y el número de exigencias que hay que cumplir, sino por la imposibilidad material y profesional para atenderlas en tiempo y forma. 

Los planes antifraude que se exigen son muy sofisticados y obligatorios"
Economista de la UBU

Europa ofrece muchísimas líneas de ayuda, a cada cual más compleja y diferente, que hay que conocer bien para encajar en ella y poder ser solicitada. Los requisitos  son amplísimos y el camino para la obtención es muy largo y sinuoso; de hecho, es fácil caer en incumplimientos y en el desánimo. 

Han quedado fuera las empresas que no están al día en los pagos a la Seguridad Social y la Agencia Tributaria. Pero Europa ha hilado más fino: exige planes de igualdad y antifraude; cumplir con la ley de morosidad y sus periodos de pago a proveedores; exige requisitos medioambientales e incluso cumplir con la ley de discapacidad...

Pertes. El Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica del vehículo eléctrico y conectado, el Perte-VEC es, sin duda, el programa de los  Next Generation más estratégico y mejor dotado de todos los que están en marcha. Suma más de 5.000 millones de fondos públicos cuya finalidad es impulsar la fabricación del vehículo eléctrico y convertir a la industria nacional en un referente en este ámbito a nivel mundial, tanto en coches como de baterías. 

Burgos, una provincia históricamente clave para la industria auxiliar de la automoción, ha tenido  una participación discreta: solo se han implicado directamente -bien individualmente o consorciadas- 5 empresas. El Perte VEC ha movilizado solo 23,3 millones en Burgos.

Caos en la contratación. El 'embudo' burocrático tejido desde Europa para conceder las ayudas tiene su peor aliado en las administraciones públicas (paradójicamente el mejor cliente de los Next Generation), que acusan la inexperiencia en la tramitación de un proceso de una envergadura histórica y, muy especialmente, la grave falta de personal cualificado que gestione y tramite contratos muy complejos y que deben trabajarse en plazos limitados y digitalmente.

Tenemos que ser egoístas y ambiciosos para conseguir la máxima cantidad de fondos europeos"
Francisco Martín Clavo, director territorial Banco Santander

«Para solicitar una ayuda para comprar un coche eléctrico o poner unos paneles solares en las cubiertas de un edificio municipal hay que formalizar documentos de decenas de páginas que necesitan horas y horas de trámites», resume uno de los asesores que están apoyando el trabajo de los ayuntamientos. «No hay personal suficiente, no tienen preparación y, en muchos casos, se llega a la conclusión de que es mejor recurrir a un contrato menor que pedir a Europa...».

Pese a ello, son las Administraciones Públicas las que mueven ingentes cantidades de Next Generation y las que, indirectamente, está alimentando una órbita gigantesca de empresas de construcción, obra pública, digitalización, talleres, consultorías, despachos profesionales y un largo etcétera más.

Creados en 2020, los fondos  afrontan su última etapa. Bruselas quiere tener justificados los 750.000 millones en el verano de 2026. El próximo año es clave.