El blindaje de la ciudad que a las 12 en punto de la madrugada llevaron a cabo las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado hizo oficial el retroceso de Burgos en el tiempo. Los coches y luminarias azules apostados a las salidas de la capital recordaban a aquellos días de mediados de marzo, cuando el Gobierno decretó el estado de alarma. Las medidas acordadas el lunes por la Junta de Castilla y León, y que entraron en vigor a medianoche, no son tan restrictivas como en el inicio de la pandemia, pero sí nacen con la vocación de ser efectivas para evitar que los casos de covid-19 sigan aumentando. Los agentes policiales tienen orden de controlar de manera férrea los accesos durante los próximos catorce días. Solo las personas que tengan permiso laboral, o por razones de salud, podrán entrar en el municipio y nadie podrá salir sin una excusa razonable. Eso excluye a todos los vecinos de localidades aledañas que pretendan comprar en grandes superficies o supermercados.
En una noche muy desapacible, pocos coches traspasaron los límites que empezaban a marcar la norma. La gran mayoría tenía una excusa para entrar o salir. La Policía Local y la Nacional cubrieron doce salidas, aunque fue la de la BU-11, desde la plaza del Rey, la más transitada.
La Subdelegación del Gobierno en Burgos coordinó ayer el dispositivo que llevarán a cabo la estos dos cuerpos policiales -que contarán con la ayuda de la Guardia Civil puntualmente-, durante las dos semanas que la capital estará confinada.
Todos ellos se repartirán los doce puntos e irán rotando para cubrirlos todos a diario, de tal manera que siempre haya presencia, sino en todos los accesos las 24 horas, en la gran mayoría de ellos.
«Vamos a distribuir efectivos de manera que un ciudadano pueda encontrarse en una salida de la ciudad a la Policía Local o a la Nacional. A lo mejor a las tres horas no están allí y se han trasladado a otra. Desde luego, la presencia va a ser notable», señaló el subdelegado del Gobierno, Pedro de la Fuente. Los dispositivos, añadió, se ampliarán los fines de semana, especialmente el del puente de Todos los Santos, para evitar desplazamientos a localidades cercanas y también a otras provincias: «Va a ser una especie de Operación Jaula, similar a la que se llevaba a cabo durante el estado de alarma».
[Más información en la edición impresa]