Hace ya seis años que Jesús Gómez gestiona la cantina de Mazuelo de Muñó. Procede de Santander y llegó a Burgos por cuestiones laborales, pero una "casualidad" le llevó a cruzarse con la regidora, Susana Pardo, y acabó tomando las riendas del negocio. "Llegamos a la capital a trabajar y en una conversación con la alcaldesa me comentó que estaba cerrado el bar, que a ver si le ayudaba a encontrar a alguien... y al final lo cogimos nosotros. Tenemos también nuestro trabajo, pero aquí estamos", comenta.
Durante los meses de verano se detecta un considerable aumento de personas y se puede comprobar un gran ambiente por el pueblo, especialmente durante los fines de semana. "A partir de julio ya tienen los chavales vacaciones y hay más gente, así que suelen venir aquellos que tienen casa, pero en invierno es un caos", explica Jesús, que lamenta que en los meses más fríos del año se ve muy poco movimiento en este municipio -con un centenar de empadronados-. "Nosotros siempre abrimos al mediodía y luego por la tarde", detalla. Ahora en verano suele acudir la gente al vermú y luego 'abren' la tarde las mujeres que van a jugar a la brisca.
También muchos vecinos de la comarca suelen asistir a disfrutar de la amplia terraza que poseen. "No nos podemos quejar en ese sentido, caemos bien a la gente o lo que sea, tratamos a todo el mundo bien", afirma. Bien es cierto que están rodeados de pueblos muy pequeños y muchos de ellos no cuentan con cantina o la tienen cerrada, por lo que a sus vecinos no les queda más remedio que desplazarse hasta Mazuelo si quieren tomar algo. "Aquí también hay familias muy grandes y personas que viven en Burgos que, si no es en invierno, vuelven durante los meses de verano", explica. Además, uno de los puntos a favor con el que cuentan es que tienen un equipo de fútbol propio en el pueblo y eso genera que durante los fines de semana del invierno también pasen por aquí los integrantes del equipo. En fiestas, por ejemplo, no cierran ni por el día ni por la noche.
A partir de julio hay más gente, pero en invierno es un caos. En fiestas no cierro en todo el día"
En su caso no ofrecen comidas puesto que aseguran que no les compensa económicamente y creen que aquí tampoco existe una gran demanda. "Hay que ayudar a los bares de los pueblos, de esto no se vive; en una empresa privada ganas tres veces más con el tiempo que dedicas aquí", opina Jesús. Considera que se tienen que ofrecer más ayudas a los establecimientos de este tipo puesto que se alzan como lugares básicos de reunión para los vecinos y que no se deberían "cobrar nada para que tú pongas tu trabajo y la administración ponga el servicio, todo con el fin de que la poca gente que haya pueda reunirse en algún sitio y se puedan ver". Afirma que Mazuelo tiene gente en los meses de verano y eso permite mantener el bar, pero en muchos municipios cercanos con menos habitantes eso ni siquiera resulta posible. "Se necesita ayuda pero con un compromiso, no es te doy una ayuda y a los dos días te marchas. A algunos les das la casa y una subvención para irse al poco tiempo", manifiesta.
Por otro lado, desde el bar de Mazuelo también comentan que "lo más importante del pueblo es la gente" y en ese sentido este tipo de locales se alzan como un lugar fantástico para reunirse y para poder conversar con otros vecinos.
Las mujeres tiran del carro
Nunca faltan a jugar la partida y se alzan como las clientas más fijas. Marciana, María Luisa, Pili, María Dolores, Pilarines y Carmen son algunas de las mujeres que acuden cada tarde al bar de Mazuelo de Muñó para entretenerse con las cartas. Este también se convierte a diario en un escenario ideal para hablar de todos los temas. Como comenta la alcaldesa, Susana Pardo, "un pueblo de mujeres, siempre digo que aquí tenemos un matriarcado". Eso sí, por esta época también se ven unos cuantos chavales que suelen aprovechar la época de más calor para bañarse en la poza.