Mes y medio tardó en recuperarse de las lesiones que le causó un desconocido el día de la Constitución de 2016. Ese 6 de diciembre un joven de 18 años se cruzó en el puente de Castilla con su agresor, quien, tras intercambiar unas palabras, le propinó varios puñetazos y le rompió la mandíbula y un diente. En ocasiones las investigaciones policiales no dan sus frutos. Denunció los hechos en Comisaría, donde aportó una descripción de quien le había pegado, un varón atlético, de pelo moreno y 1,75 metros de altura. Pero no hubo ningún detenido y el juzgado de instrucción archivó el caso provisionalmente.
Sin embargo, el perjudicado no se rindió e inició «una investigación personal» que ha culminado con su agresor sentado en el banquillo y condenado a un año y tres meses de prisión como autor de un delito de lesiones. La Audiencia Provincial acaba de confirmar el fallo del juzgado de lo penal 3 de Burgos. Fue el 30 de noviembre de 2020 cuando la víctima acudió de nuevo a la Policía Nacional con el nombre y lugar de trabajo del responsable de la paliza que recibió en el puente de Castilla.
La Comisaría reabrió las diligencias y el juzgado instructor retomó la causa después de la identificación del agresor lograda gracias a las pesquisas que realizaron el propio perjudicado y algunos de sus amigos durante tres años. Fue en una fiesta cuando uno de estos últimos reconoció al acusado, quien trabajaba en un bar de moda del centro de Burgos, algo que corroboraron con fotografías que encontraron en redes sociales.
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