Las paradas del centro arruinan la estación de bus de Aranda

L.N. / Aranda
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Varios usuarios y el encargado del bar, único local que permanece abierto en la terminal de autobuses desde hace unos cuantos años, se quejan de la suciedad. «Qué pena de estación, se la han cargado con paradas por el centro», lamentan

En la estación arandina se cobija alguna persona sin techo, como el que descansa tumbado en este banco del espacio central. - Foto: L.N.

Decadente. Es el adjetivo que más emplean los usuarios de la estación de autobuses de Aranda de Duero. Se refieren a la progresiva disminución del número de conexiones y frecuencias tanto con otras ciudades como con los pueblos de la comarca. También se quejan de la suciedad que se acumula en los exteriores de la terminal. Sin olvidar el hecho de que todos los locales comerciales se hallan vacíos desde hace ya unos cuantos años, a excepción del bar-cafetería. Nadie parece dispuesto a invertir para poner en marcha un comercio en esta infraestructura, que acumula años de capa caída. Según apuntan algunos viajeros, el hecho de que algunos autobuses paren en diversos puntos de Aranda, como la calle San Francisco, tampoco ayuda. «¡Qué pena de estación! Se la han cargado con las paradas por el centro de la ciudad. No puede ser», asegura una viajera habitual.   

A su juicio, este factor ha contribuido muy negativamente al declive que sufre la estación arandina. «Vas a Burgos y el autobús te para en la estación. Vas a Zaragoza y lo mismo. No entiendo por qué aquí somos especiales. No puede ser que los autobuses paren por la ciudad, deberían ir directamente a la estación», defiende. El gerente del bar, Alfonso Muriel, coincide en el diagnóstico. De hecho, detalla que hace un tiempo se lo comentó a la anterior alcaldesa, pero al parecer le respondió que «no era de su competencia». Este, dice, «es uno de los mayores problemas». 

A ello se suma que los usuarios cada vez se decantan más por fórmulas como compartir coche. Sobre todo, en los trayectos a Burgos y Madrid, con un gran flujo de traslados a diario. Así las cosas, Aranda tenía mejores conexiones en los años 80 que en la actualidad, como salió a colación en el último pleno celebrado la semana pasada en el Ayuntamiento. El alcalde, Antonio Linaje, se mostró «muy indignado» con el recorte de frecuencias y avanzó que ha solicitado una reunión con el presidente de la Junta de Castilla y León y con responsables de la Consejería de Movilidad. 

«Imagen pésima». Al margen de la caída de viajes, la estación acumula más problemas. Según indica el gerente del bar, «la parte de fuera no la limpia nadie». En modo irónico subraya que «se encarga el aire» y sugiere que desde la empresa adjudicataria de este servicio municipal al menos «podían pasar la barredora». No se extraña cuando hay quienes critican que los viajeros que llegan de madrugada a Aranda tienen que orinar entre los coches aparcados porque la estación está cerrada. Es más, él se encarga de abrir a diario sobre las seis y media de la mañana y de su clausura a las 10 de la noche. Así de lunes a domingo. Sin descanso. Y tampoco se ha puesto vigilancia, como Muriel reclamó hace tiempo.  

Además, varios sin techo han encontrado cobijo en el interior de la terminal arandina. «Entran en los baños a lavarse, cogen los rollos de papel y se van», comenta un viajero, mientras el propio gerente del bar añade que uno de los vagabundos lleva varios años 'instalado' en la estación de autobuses, «se tumba en los bancos por el día y hace lo que quiere», en referencia, por ejemplo, a que suele fumar en el interior. Lamenta que así se da «una imagen pésima».