Una llamada de auxilio para Izhan

Ó.C. / Miranda
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Los padres de este alumno mirandés con necesidades especiales del CEIP La Charca buscan a la desesperada a una enfermera para su clase

Elena San Segundo acude al colegio todos los días para dar de comer a su hijo. - Foto: Ó.C.

El 7 de septiembre arrancó el curso. En muchas casas, más allá del sobresalto por los nervios típicos del primer día, la mañana se pudo vivir con normalidad. En casa de Izhan Arbaizar no. Este mirandés de 13 años acude al CEIP La Charca, donde está el aula de Educación Infantil para Alumnos con Necesidades Educativas Especiales, porque padece una discapacidad del 99%. Elena San Segundo, su madre, apunta que su clase debe contar con una enfermera, pero no la tienen y busca una a la desesperada. Para ellos, esta figura adquiere una gran importancia, porque debería de alimentarle o darle agua. Mientras la dirección provincial de Educación no encuentre a una profesional, los padres de Izhan acuden dos veces en cada mañana para cubrir esas necesidades básicas.

"No podemos seguir así, porque con el trabajo es inviable", afirma San Segundo, quien espera que la situación pronto se resuelva. Para conseguir esta incorporación reconoce que se tiró a las redes sociales, a los grupos de whastapp y también mantiene contacto con los responsables provinciales, "donde me dijeron que llevan buscando desde primeros de agosto", revela. Estas semanas las ha vivido como una montaña rusa, porque tras la decepción inicial, la administración mejoró la oferta "para que fuera jornada completa y también se aseguró la posibilidad de seguir el próximo año, que es lo que echaba para atrás a mucha gente", matiza.

En un primer momento, la plaza solo cubría media jornada y así resultaba más complicado, aunque San Segundo recalca que "se tienen los fines de semana fiesta, la Navidad, Semana Santa, lo único que cuando acaba el curso en junio les mandan al paro", detalla la madre de Izhan, quien afirma que desde la Dirección Provincial se anunció el interés de varias candidatas, pero "parece que han dicho que no", lamenta, al tiempo que se le acaban las ideas de donde buscar.

San Segundo repara en que la necesidad de hallar una enfermera en paro para ella resulta "algo urgentísimo", pero recuerda que hay que conseguirlo para cumplir la legislación. Su hijo tiene una alta dependencia, pero expone que entre sus compañeros hay menores con epilepsia y otros problemas para los que también se necesita la presencia de un sanitario de manera permanente, para atender a los quince niños que se reparten en las dos clases, "más dos que vienen dos días a la semana desde otros centros de Miranda", recuerda.

San Segundo entiende que "la dirección provincial lo está intentado", pero lamenta lo difícil que resulta asimilar todas las trabas burocráticas. "Al ser algo oficial de la administración primero tienen que mirar en el bolsa de empleo o ver si hay alguien disponible", repara la madre de Izhan, quien manifiesta que la enfermera que acabó el curso pasado en el aula de alumnos con necesidades especiales "estaba dispuesta a quedarse".

Esa persona quedó sin contrato cuando finalizaron las clases y encontró otro contrato para los meses de verano. Aun así, entre los padres saben que "estuvo esperando hasta el 31 de agosto por si la llamaban, pero terminó cogiendo otra cosa porque nadie contactó con ella". Así critica San Segundo que se les escapó de las manos la mejor baza para Izhan y sus compañeros, que el curso pasado ya estuvieron varios meses en una situación similar, aunque eso no evita que San Segundo lance una llamada de auxilio.