La Policía eleva la vigilancia de paisano en Santa Catalina

L.N. / Aranda
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Los controles policiales se realizarán día y noche en puntos conflictivos como las calles Hospicio y Santiago tras las últimas peleas en esta zona de Aranda de Duero

Imagen de archivo de un vehículo de la Policía Local de Aranda de Duero durante un patrullaje por la calle Hospicio. - Foto: L.N.

Acción, reacción. A raíz de las últimas reyertas que se han registrado en el barrio arandino de Santa Catalina, tanto la Policía Local como la Nacional han optado por reforzar su vigilancia. Según detalla el concejal de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de la capital ribereña, Juan Manuel Martín, «habrá más presencia tanto de vehículos, como a pie y de paisano» y los controles se efectuarán durante todo el día, con especial hincapié en las últimas horas de la tarde y la noche, que es cuando suelen producirse la mayoría de altercados. Así ocurrió, por ejemplo, con la batalla campal de hace una semana en el cruce entre la avenida de Burgos y la calle Pizarro en la que hubo 30 implicados y que se saldó con dos detenidos y un hombre herido. 

Martín admite que les preocupa el aumento de las incidencias en determinados puntos de Aranda, como las calles Hospicio y Santiago. En la primera se concentran varios locales de ocio nocturno y las peleas se suceden desde hace años. Y la segunda es una de las zonas «donde se están dando los mayores problemas». Precisamente, el sábado un varón de 35 años fue víctima de una agresión con arma blanca y tuvo que ser trasladado al Hospital de los Santos Reyes. 

Asimismo, el concejal de Seguridad Ciudadana remarca que la vigilancia por parte de los efectivos de Policía Local y Nacional incluye su paso por los distintos establecimientos de ocio. Y es que, tal como han advertido públicamente los vecinos del barrio de Santa Catalina en diversas ocasiones y así se lo han trasladado a los agentes en las reuniones que mantienen con cierta frecuencia, preocupa la venta de sustancias estupefacientes. Sin ir más lejos, la Audiencia Provincial de Burgos juzgará este mes al dueño de un local ubicado en la calle Hospicio por un posible delito de tráfico de drogas con la circunstancia agravante de hacerlo presuntamente en un establecimiento público. La Fiscalía solicita una pena de siete años de cárcel.

Por su parte, quienes residen en el barrio ven positivo este refuerzo policial, aunque el presidente de la asociación vecinal de Santa Catalina, Antonio Adeliño, remarca que la presencia de los agentes «es la correcta» y asegura «que pasan mucho por aquí». A su juicio, el problema radica en que «la población extranjera no se integra en nuestra cultura y forma de convivir». 

«Lo más grave». En este punto, uno de los aspectos que más inquietan tanto a la Policía como a los propios vecinos tiene que ver con la tenencia de navajas. «Esto es lo más grave», subraya Adeliño, al tiempo que recuerda la prohibición de portar ningún arma en lugares de reunión, concentración y recreo. No obstante, considera que tras la instalación de cámaras en las calles Hospicio y Santiago, «muchos se cuidan de no armarla tanto».