Alejandro Sarmiento

Cuerpo a tierra

Alejandro Sarmiento


Ojalá lo hagan bien

23/11/2023

«Mal pinta esto», como decía Sandro Rossell, presidente de aquel Barcelona triunfal, ahora menos, cuando nos hemos enterado de los euros a los que cotizaba cada triunfo. Mal pinta esto para Burgos, pésimo el panorama de esa gente nueva y teñido de luto el horizonte para la bateadora de Somosierra. Ya me imagino al Sultán del centralismo pidiendo otra bateadora para bloquear del todo el Directo… 

El desastre sin paliativos de Puente, que también es la cruz de todas nuestras reivindicaciones, ha impuesto el fin o el inicio de una nueva movilización frente al adalid del centralismo. Menos mal que ahora al menos habremos impuesto nuestras benditas lenguas regionales en Bruselas, aspiración que según parece tiene en ascuas a esa media Europa que ya lleva décadas persuadida de que inglés, alemán, español o francés son lenguas camino del ocaso, en las que ya resulta imposible entenderse.

En fin, suele afirmarse que en cualquier conflicto la primera víctima es la verdad. Pero a quien no suspende y desconcierta la imagen de esos prebostes que tienen el descaro de hablar de 'valentía' y de 'marco constitucional' cuando en realidad solo piden sometimiento y claudicación. Instalados en los juegos de palabras, su horizonte real apunta al revolcón total de la Carta Magna, envite que aceptan sin perder la sonrisa, incluso a carcajada limpia, aunque poniendo por límite el consenso. Pero eso, sencillamente, es jugar con el idioma para no decir nada. La cuestión a debate no está en el famoso consenso, sino en la decantación de los límites. Ante las bravuconadas, ¿dónde se pone la cruz del mojón?

Mal asunto el de la vaguedad y el de las generalidades. Preocupantes barruntos los de la apología constante del sonsonete del nuevo estilo, mientras no cesan de anunciarse nombramientos con callos de sectarismo. También de apología del humor. Ministerios de la Infancia y la Juventud para endulzar la película para adultos. En todo caso a la hora de predicar suena ya la de repartir trigo. O sea, la lengua queda y los ojos listos. Memorable sentencia de Don Quijote. La función del gobierno ha llegado al ineludible momento de su principio. Ahora se trata de no perder ni un detalle, sostenidos por la esperanza de que nunca será lo que no puede ser. En todo caso, enhorabuena a quienes han ganado en especial a las ministras Ana Redondo y Elma Saiz, buenas personas y mejores profesionales. Ojalá lo hagan bien.