La Junta abandona la CL-629 a su paso por el Valle de Mena

A.C. / Maltrana de Mena
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La Consejería de Movilidad desechó el proyecto de vía rápida redactado desde 2022, pero no avanza qué solución dará a una vía con 7.000 vehículos diarios

El mal estado de los 10 kilómetros de Villasana a El Berrón los hacen peligrosos. - Foto: A.C.

La carretera CL-629 a su paso por el Valle de Mena sufre una casi ininterrumpida falta de conservación y mantenimiento que con el paso del tiempo solo hace que empeorar la situación del tramo que une la variante de Villasana de Mena con Bizkaia. Hace pocas semanas, la Junta de Castilla y León le dio la puntilla minorando la velocidad de 80 kilómetros por hora a 60 en un total de 6 kilómetros de forma ininterrumpida, lo que hace la conexión con la provincia vecina más lenta que nunca, a pesar de haber contado en 2022 con una media diaria de 6.850 vehículos, según el mapa de tráfico de las carreteras regionales, solo superada por la autovía de Burgos a León, si hablamos solo de vías de titularidad autonómica.

La penitencia comienza en el tramo que atraviesa algunas de las edificaciones de Maltrana, donde de 60 km/h se ha bajado a 50. Es el kilómetro 102 y de ahí hasta el límite con la provincia de Bizkaia y Balmaseda ya no se puede rebasar la velocidad de 60 km/h, que se ha establecido en un tramo de 6 kilómetros ininterrumpidos y después conecta con El Berrón, donde de nuevo baja a 50. El resumen son un total de 7 kilómetros con una lentitud muy alejada de las promesas de modernización y mejora de la velocidad que la Junta de Castilla y León avanzó la pasada legislatura. Fue con Juan Carlos Suárez Quiñones al frente de la entonces Consejería de Fomento y Medio Ambiente cuando se encargó y redactó el proyecto para transformar en vía rápida, con el modelo 2+1, el primer tramo de 10 kilómetros entre Villasana de Mena y Bizkaia, donde se concentran los mayores volúmenes de tráfico de la CL-629. Mientras la densidad de la circulación en los otros 20 kilómetros que conectan con El Crucero de Montija, donde confluyen los que salen de Medina de Pomar y Villarcayo hacia Bizkaia, sigue siendo intensa, pero su media en 2022 fue de 4.011 vehículos diarios. 

La Administración regional recibió el proyecto de vía rápida en la primavera de 2022 tras gastar 108.750 euros en su redacción. Pero en los presupuestos regionales de 2023, con la Dirección General de Carreteras en manos de la nueva Consejería de Movilidad se detuvo el proyecto y se reservaron tan solo 50.000 euros para «el estudio de alternativas». El proyecto del 2+1 cifraba el coste de los 10 kilómetros de vía rápida en 15,6 millones, pero nada se sabe de ellos.

No hay rastro de viviendas en varios tramos de los 6 kilómetros ininterrumpidos con la velocidad reducida a 60 km/h. No hay rastro de viviendas en varios tramos de los 6 kilómetros ininterrumpidos con la velocidad reducida a 60 km/h. - Foto: A.C.

El pasado enero, los alcaldes de los principales municipios afectados, el Valle de Mena, Medina de Pomar, Villarcayo, Espinosa de los Monteros y Montija, expresaban su malestar a DB ante el deterioro de la CL-629 y la falta de noticias sobre su modernización. Solicitaron una reunión con la consejera de Movilidad, María González Corral, que nunca ha tenido respuesta y siguen en espera de noticias. El presidente de la Diputación Provincial, Borja Suárez, supo en un encuentro el pasado día 2 con la consejera que pronto habría noticias para esta carretera y que Movilidad preparaba un encuentro con los alcaldes. Pero casi tres semanas después, los alcaldes desconocen aún la fecha de la reunión, mientras que la Junta de Castilla y León ha virado este mes de vía rápida a vía lenta el tramo con más tráfico de la comarca y entre los de mayor movimiento de la provincia.

Preguntados hace tres semanas sobre el destino y las acciones realizadas con los 50.000 euros que reservaron en el presupuesto de 2023, desde la Consejería de Movilidad no han dado respuesta alguna a DB. Y desde la Delegación Territorial de la Junta en Burgos argumentan que la reducción de la velocidad a 60 km/h en 6 kilómetros se debe a una cuestión de «seguridad vial» y a la «la unificación de los límites de velocidad que se ha realizado entre Vivanco de Mena y El Berrón (límite con el País Vasco) como consecuencia de la unificación de las velocidades y por la existencia de viviendas y accesos en todo el trazado». Sin embargo, en varios tramos no hay ninguna.

Para el alcalde de Villarcayo (PP), Adrián Serna, la Junta de Castilla y León «ha decidido reducir la velocidad para lavarse las manos ante el mal estado del firme en vez de repararlo y terminará a 40 kilómetros hora, si sigue así». Como el resto de alcaldes, urge una inversión en la CL-629 y una alternativa a la vía rápida, si es que ha quedado descartada. Asimismo, insistirá en reclamar ese encuentro que no llega con la consejera.

Mientras tanto, el alcalde del Valle de Mena (Por Mena), José Ranero, señala que su equipo entiende cambios como el del tramo de Gijano, donde los vecinos reclamaron medidas para evitar el exceso de velocidad, antes a 80. Pero añade que «no parece la solución más indicada reducir la velocidad en un tramo de más de 6 kilómetros con un volumen de tráfico tan elevado» y «entendemos que se debería de apostar definitivamente por una intervención integral que garantice la seguridad sin perjudicar la fluidez del tráfico».

Abandonados por la Junta. Las críticas también arrecian desde el grupo municipal socialista, en la oposición del Valle de Mena, para el que «el estado deplorable del firme y la señalización horizontal y vertical, así como el balizamiento de la CL-629, viene a confirmar una vez más el abandono de la Junta de Castilla y León al norte de la provincia en materia de infraestructuras». También lamentan desde el PSOE que el Gobierno regional «no haya sido capaz de aprovechar las sinergias europeas de cofinanciación y margine a los vecinos de Mena y usuarios de la CL-629 con baches y restricciones de velocidad». Además, urge a una «inversión de emergencia en el firme envejecido, desintegrado y con amplias zonas de baches y fisuras que comprometen la seguridad de los usuarios de la vía».