El Ayuntamiento de Burgos sigue dando pasos para la renovación de la flota de autobuses urbanos con tres objetivos: contar con vehículos menos contaminantes para reducir las emisiones, reducir su antigüedad y que la mayoría sean de propiedad, una modalidad más barata que el alquiler. El objetivo para los próximos dos años es adquirir un total de 11, de los que 8 será de gas natural comprimido (GNC) y 3 de hidrógeno con una inversión de 6,2 millones de euros.
En los presupuestos de este año hay una partida de 2,4 millones y en los de 2025 se prevé otra de 3,8 millones. El concejal de Movilidad, José Antonio López, indicó que se están preparando los pliegos de condiciones para convocar el concurso lo antes posible para que pueda estar adjudicado antes de final de año aunque los primeros autobuses llegarán a lo largo del próximo al tenerse que fabricar a pedido.
En la actualidad la flota está compuesta por 73 autobuses, de los que 38 están propulsados a gas al considerarse uno de los combustibles más limpios al producir entre un 20 y un 30% menos de los denominados gases de efecto invernadero que los vehículos de gasolina o de diesel. El resto utilizan gasoleo (34) y hay uno híbrido.
Ahora el objetivo es incorporar a la flota tres vehículos híbridos para lo cual se intentarán conseguir 2,5 millones de fondos del nuevo Programa de incentivos a proyectos piloto singulares de comunidades energéticas cuya presentación de solicitudes se abrirá del 19 de septiembre al 31 de octubre.
El equipo de Gobierno quiere dar este paso al considerarse la energía del futuro. El coste de este tipo de vehículos es superior a los de gas y se sitúa en 850.000 euros. A ello se añade que en las nuevas cocheras de autobuses urbanos que se proyecta construir en la calle López Bravo del polígono industrial de Villalonquéjar, en una parcela junto a los Almacenes Municipales, además de una estación de recarga de gas también se ubicará otra de hidrógeno. Cabe recordar que la ciudad se ha embarcado también en la creación de un vivero de empresas especializadas en hidrógeno junto a la Universidad de Burgos, la Cámara de Comercio e Industria y la Fundación Caja de Burgos, que se ubicará en un edificio que se construirá en una parcela de la calle Villadiego, en el campus de San Amaro.
Otro extremo importante de esta adquisición es contar con una flota propia, dado que supone un gran ahorro para las arcas municipales. De los 73 autobuses de los cuales, 21 son articulados, 48 estándar y 4 minibuses), un total de 43 son propiedad del SMYT (el 58,9% del total) y los 30 restantes son en régimen de alquiler sin opción de compra (el 41,1%). De 10 de ellos se acaba el contrato en el año 2027 y de 20, en 2029. La antigüedad media de la flota es de aproximadamente de 6 años.