El último de Ciudadanos

R.E.M. / Burgos
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Los alcaldes que ganaron con esas siglas se han ido desafiliando. Solo Julián Ruiz, concejal de Salas y coordinador provincial, ve aún futuro

Alegría de Cs en 2019. Julián Ruiz (i.), actual coordinador, con Lorenzo Rodríguez y José Ignacio Delgado, ya fuera. - Foto: Patricia

Llegó a resultar decisivo a la hora de tomar decisiones que afectaban directamente a los pueblos burgaleses, pero todo ha cambiado en muy poco tiempo. Ciudadanos consiguió en las elecciones de 2019 hasta 209 concejales y un 14,7% de los votos, lo que le sirvió para entrar en la Diputación y gobernar junto al PP durante cuatro años. Sin embargo, la caída fue de tal magnitud que en 2023 apenas consiguió un 3% de los votos y 70 concejales. Los pocos alcaldes que quedan ya tampoco son tan fieles y muchos han perdido la ilusión después de ver ciertas decisiones que se han tomado. El último de Ciudadanos, Julián Ruiz, concejal de Salas de los Infantes, quien ahora ejerce de coordinador provincial, se muestra confiado en la recuperación, asegura que tienen «la moral muy alta» a la vista de la situación del país y avanza que «por supuesto» se presentarán a los próximos comicios.

Lo cierto es que aún algunos ediles siguen simpatizando con aquellos valores que se reivindicaban en los inicios y reconocen la necesidad de que alguien esté en «el centro» ante tanta polarización, pero la «transformación» del partido no ha gustado y por ello se han ido poco a poco desafiliando. «Estamos pasando una etapa que a ojos de la gente parece que hemos desaparecido, pero eso está lejos de la realidad. Lamentamos la situación política que vivimos y supongo que la gente nos echará muchísimo de menos... están degradadas la vida pública y las instituciones públicas y la Constitución está en peligro», manifiesta el actual coordinador, que asegura que en las diversas asambleas nacionales que han realizado han concluido que se quiere remontar el vuelo. Además, Ruiz añade que «tanto el PP como el PSOE se han preocupado de que todos los males sean culpa de Ciudadanos; lo único que hemos hecho ha sido apoyarles». Asegura no estar solo en esta batalla y que tiene el apoyo concejales de otras localidades, pero toca rearmarse.

Lorenzo Rodríguez se convirtió en la principal cara de Ciudadanos a nivel provincial como vicepresidente primero de la Diputación durante cuatro años, además de responsable de Personal y presidente de la Sociedad para el Desarrollo de la provincia de Burgos (Sodebur). Ahora está totalmente alejado de la política, aunque continúa como alcalde de Castrillo Mota de Judíos. Se presentó -y ganó- las últimas elecciones bajo las siglas de la formación naranja, pero sus tres concejales se pasaron al grupo no adscrito. «Me presenté por Ciudadanos -independiente- porque me lo pidieron para que no se marcharan todos y, como ya dije que me iba a marchar, tras las elecciones aprobamos en un Pleno el irnos», manifiesta.

El alcalde de Castrillo Mota de Judíos, pueblo de Odra-Pisuerga, dejó Cs por el cambio de rumbo y muestra dudas sobre el futuro. «Era un partido de gente que venía a trabajar y que veníamos años siendo alcaldes de pueblos... y en la Diputación conseguimos muchas cosas. Pero a nivel nacional creo que no supieron gestionar lo que era, no se reconoció el trabajo de pueblos pequeños», comenta. «Cuando empezó era un partido necesario y se rompió por egoísmos, no hubo línea clara de actuar», sentencia.

Tardajos, con 864 habitantes, se alza como uno de los municipios más grandes de la provincia de Burgos que aún está en manos de esta formación. «A mí me encantaba Ciudadanos, no era ni derecha ni izquierda y lo veía como el partido ideal para la unión, pero creo que se equivocaron y que el proceso es más lento», asegura el alcalde, Rodrigo Velasco. Eso sí, deja claro que en los pueblos no se vota a los partidos y sí a las personas. Aunque el Ayuntamiento sigue enmarcado dentro de Cs, los tres ediles han dejado de ser afiliados puesto que muchas cosas no les gustaron.

Un goteo de bajas. La formación gobierna actualmente en 13 ayuntamientos, pero pocos tienen un sentimiento de pertenencia. En Buniel manda Ciudadanos, aunque lo cierto es que el alcalde, Jesús Díez, ya no está afiliado. «En su día me convenció y con el tiempo se ha ido transformando», asegura, que no le ha convencido cómo se ha gestionado a nivel nacional y los numerosos «bandazos». En esa misma línea habla Fernando del Olmo, regidor del Valle de Valdelucio. «Estuve afiliado y me borré; cuando lo dejó Rivera ya me empezó a dejar de gustar y a nivel nacional ya no queda nadie que dé la cara», explica. «Me han defraudado totalmente, es una cosa acabada», dice, que lamenta que en las últimas elecciones ni siquiera mandaron papeletas al ayuntamiento.

 Este se trata del tercer mandato de José Antonio Fernández en Hontangas y desde que empezó lo hizo con el grupo naranja. Ya se ha dado de baja debido a que cree que «aportas ideas y parece que cada uno va a piñón fijo». Asegura que cuando Rivera no apoyó al PSOE le decepcionó y ese fue el principio del fin. En Los Balbases también gobierna con cinco concejales y José Julio Mínguez mantiene que el partido les dio el soporte pero que ninguno es político. «No tenemos el carné de Cuidadanos», aclara. Solo buscan mejorar su municipio.

Tanto el alcalde de Torresandino, Alberto Val, como la alcaldesa de Caleruega, Lidia Arribas, simpatizan con los valores del grupo pero no están afiliados. «En ese momento encajó Cs, pero en los pueblos no hay colores»,  comenta Val. «Estoy desvinculada y no pertenezco al partido, pero sí simpatizo con el ideario que nació», dice Arribas, que cree que debe «resurgir» y ser el «centro» ante tantos «extremos».