San Felices del Rudrón ha decretado tres días de luto por el fallecimiento de Ángel Mena Villafranca, que durante 25 años trabajó como guarda forestal en la comarca, donde le recuerdan como un profesional volcado en la protección del medio ambiente.
A su cargo tuvo durante todos esos años un territorio de más de 46.000 hectáreas, que se extendía a ambas orillas del Rudrón por la Lora y gran parte del Valle de Zamanzas, después de prestar servicio en Hoyos del Tozo. La crónica que en 1991 firmaba en este periódico Joaquín Cidad a modo de despedida, porque cambiaba de destino, se titulaba 'Se marcha el Ángel del Rudrón'. El sacerdote y colaborador de DB, otro carismático vecino al que las Loras y el Rudrón perdieron hace menos de un año, recordaba en ella «las vigilias y grescas por mor del furtivismo y tala incontrolada de leña.
Inolvidables permanecen los ratos de pesca pasados junto a Fraga y Delibes, entre otros. Cree que la trucha más grande cogida en el Rudrón ha llegado a pesar cuatro kilos corridos y fue capturada por un vecino de Covanera hace cosa de quince años, poco más o menos».
En ese mismo artículo se recordaba su actuación profesional en el incendio del Valle de Zamanzas de 1988, cuando el fuego destruyó 6 casas, y en los de Escalada-Orbaneja-La Lora.