El conflicto que hoy ocupa la atención es de larga historia. Más de 100 años. Ha sido llamado 'La Guerra de siempre'. La idea de establecer el Estado de Israel en Palestina nació con la Declaración Balfour en 1917. Lord Balfour era el ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido y proclamó la necesidad de crear un Hogar Judío en Palestina. La idea fue bien acogida en la Sociedad de Naciones por su sentido solidario y humanitario. De aquí surgió al término de la guerra mundial la creación del Mandato británico en Palestina en 1920 y le siguió en 1947 la creación de dos Estados: Israel y Palestina con capital compartida en Jerusalén. Así se aprobó por la Resolución AG 181 de las Naciones Unidas, por 33 votos a favor, entre ellos los de EEUU y la URSS. En contra, 13, incluidos todos los miembros árabes. El Reino Unido se abstuvo. Alegaron que el reparto territorial era conflictivo. Lo cual es obvio mirando el mapa.
Desgraciadamente, la Declaración Balfour ha fracasado en lo más importante de su objetivo. No ha conseguido la creación de un hogar judío. No ha servido a la causa de la paz. Puso en marcha una poderosa inmigración judía para un territorio muy pequeño, habitado por palestinos y sefardíes. La autoridad británica, al no saber o querer evitar la guerra civil, decidió abandonar el Mandato. Sobrevino entonces la primera guerra con los países árabes, generando una situación territorial distinta a la prevista en la Resolución de 1947. Cientos de miles de palestinos se vieron forzados a dejar tierras y casas sin posibilidad de volver. Emigraron a Cisjordania, Jordania, Siria, Iraq, y luego al Líbano y al Golfo Pérsico, donde están.
La inestabilidad siguió creciendo en una coyuntura contraria al respeto a los derechos civiles de la población afectada, previsto en la propia Declaración.
Seis guerras se han sucedido en Palestina. Israel las gana todas, pero la paz se le escapa. Con grave riesgo para la paz mundial. Solo habrá solución cuando las potencias que gestaron la realidad de Israel en Palestina coincidan en un deseo de paz definitiva para liberar un territorio en el que Hamas se ha erigido sin fundamento en representante del pueblo palestino.