El responsable del Instituto de Medicina Legal, Amador Martínez, explica que los forenses están dispuestos a colaborar en la prevención del suicidio con la aportación de datos fiables de incidencia -«algo que es responsabilidad directa»-, en coordinación con los servicios sanitarios y, después, mediante un plan de apoyo expreso a los familiares de quienes mueren por esta causa.

«Es algo que queremos desarrollar nosotros en el instituto», dice Martínez, matizando que «su funcionamiento ya está planteado, porque una estrategia de prevención del suicidio es la atención a los familiares del suicida». ¿Por qué? «Por el riesgo aumentado [de muertes de este tipo] en los familiares de primer grado».

El Instituto de Medicina Legal de Burgos abarca también las provincias de Ávila, Segovia y Soria y su responsable apunta que en un mismo año hay fluctuaciones en las estadísticas de este tema entre provincias, pero en lo que no hay cambios es en el impacto que una muerte por suicidio provoca en los allegados más próximos. «Todos los duelos por fallecimiento de un familiar cercano son dolorosos, pero en estos casos el duelo es terrible», explica, incidiendo en que «hay que manejarlo con mucha delicadeza». Sin embargo, es un punto de acción clave, dado que «está demostrado» que un factor de riesgo es ser pariente de alguien que haya fallecido por esta razón.

En caso de tener pensamientos suicidas, se puede llamar a emergencias, al 1-1-2.