Castil de Carrias, pueblo deshabitado desde hace casi dos décadas y situado en las proximidades de Belorado, está viviendo durante tres días un intenso trajín y todo ello porque gentes del cine se han fijado en él para rodar secuencias de la miniserie Gernika bajo las bombas, dirigida por Luis Marías y que será emitida en otoño en la Euskal Telebista. El equipo encontró Castil en internet tecleando «pueblos abandonados» y enseguida, vio que la localidad podría ser un decorado perfecto. Miró pueblos de Huesca y Soria pero el color de la piedra y el tipo de construcción de Castil se asemejaba mucho más a Gernika. Eso sí, se tendrán que utilizar técnicas digitales de 3D para hacer las fachadas más altas.
El rodaje de la tv movie arrancó el pasado día 7 y acabará el 23 de junio. El equipo ya ha estado en Donostia, Hernani, Oñate y Oiartzun. En total, son 60 profesionales y todos ellos están pasando tres días en La Bureba. Ayer se rodó una secuencia en la que dos personajes (encarnados por los actores Marc Clotet y Aitor Mazo) salen del refugio y les pilla la metralla del último avión acabando con la vida de uno de ellos mientras se ve cómo arden las viviendas del entorno. «Lo que aquí estamos recreando es Gernika justo después del bombardeo», explicó el jefe de producción, Mikel Huércanos. Los trabajos arrancaron a eso de las once de la mañana con la instalación de grúas, cámaras, electricidad, efectos especiales y set de monitores para el director. En una de las casas de la entrada del pueblo se montaron las estancias de maquillaje, vestuario y figuración donde quince burebanos, sobre todos mujeres, esperaron pacientemente a que les dijeran qué tenían que hacer. Lo primero, fue colocarse ropas de la época que habían llegado desde Madrid donde habían sido alquiladas y, después, dejaron que las ensuciaran de polvo y mancharan de sangre. Irene Saez, nacida en Castil, explicó que había venido desde Basauri (Vizcaya) para participar en el rodaje. «Me enteré que buscaban figurantes por la presidenta de la Asociación Amigos de Castil; me apunté y me llamaron; solo tuve que decir mi edad», indicó. Su marido Elpidio Sanz también estaba.
Es más, la casa en la que se rodó ayer pertenecía a la familia de él. «La verdad es que cuando la hemos visto, hemos sentido pena porque parecía que se había quemado», dijeron. Los cambios en las viviendas escogidas para grabar han consistido en ennegrecer las fachadas y en colocar carteles y contraventanas a medio caer, cascotes, coches antiguos y sistemas de humo y fuego. «Lo que no se ha tocado es el estado de destrucción de los edificios», comentó Huércanos. Pero no solo los figurinistas eran burebanos, también el equipo de cuatro personas contratado para desbrozar la maleza de las tres zonas del pueblo en las que se está rodando. «Llevamos aquí desde el martes quitando hierba con máquinas y motosierras y echando arena blanca», afirmó uno de ellos, Roque Alonso.
La miniserie narra varias historias que se entrecruzan, algunas de personajes reales e históricos y otras de personajes de ficción, todas ellas marcadas por el bombardeo aéreo al que fue sometida Gernika el 26 de abril de 1937 por la alemana legión Cóndor por encargo de las tropas franquistas.