Son vida. Las notas que salen del trombón, de la trompeta, los ritmos que marca el bombo... Parece que ahora se empiezan a apreciar. Incluso a estar de moda, porque cada vez son menos las fiestas que no llaman a una charanga para alegrar las jornadas. Entre Notas llevan nueve años siendo Entre Notas. Salieron de la Peña Colón y ahora van de pueblo en pueblo repartiendo alegría con sus temas. Durante el verano se hacen unos 60 o 70 bolos y Luis Javier Pérez es el encargado de marcar el ritmo de los temas con su bombo y platillos.
A cuestas tiene que cargar con seis kilos que empiezan a pesar en función de lo largo que sea el tiempo que pasan tocando. "Hay días que estamos dos horas, otros cuatro y ha habido jornadas que han llegado a las seis", eso cuando no van empalmando actuaciones. "Hemos llegado a hacer cuatro pases seguidos, desde las dianas hasta el tardeo pasando por el vermut". Los horarios de su labor son flexibles y a demanda, algo que a veces lleva a aparecer al cansancio.
Sobre la moda en la que están inmersos, donde hasta las bodas reclaman una charanga Pérez reconoce que "no se sabe hasta dónde va a llegar", pero ahora les tiene dando vueltas por diferentes provincias. A lo largo de la temporada pisan hasta cinco diferentes donde se encuentran con la singularidad de sus pueblos. "Cada uno tiene un encanto distinto y cambian mucho según te vas moviendo". Lo único que piden cuando tocan es que no les mojen los instrumentos porque "luego repararlos tiene un coste", pero por lo demás se prestan a bailar y que se acerque la gente a disfrutar como lo hacen ellos.
"Cuanto más animado está el público más arriba se viene la charanga", destaca el encargado del siempre presente sonido del bombo en Entre Notas. También asume que es un trabajo en el que hay que estar constantemente renovándose, actualizando canciones porque si no "mueres". Como ejemplo está la Potra salvaje, considerado como uno de los temas del verano, allí donde van tienen que interpretar sus acordes. Otros éxitos míticos son La sandía, que "nosotros la mezclamos al final con la burgalesa y es algo que impacta bastante porque de estar saltando, subiendo y bajando pasas a bailar la jota. Es algo que gusta", declara Pérez.
También hacen un hueco en su repertorio a clásicos como Los Suaves o canciones icónicas del rock. Todo es bueno para bailar y pasárselo bien. Estar rodeado de personas que están disfrutando gracias a tu música es "muy satisfactorio" y ver cómo la gente te aplaude te "sube el ánimo". El de las charangas es uno de los trabajos que más actividad concentran en el verano y uno de los que más ayuda a que la fiesta prospere. Mientras haya música habrá vida y Entre Notas se encarga de mantenerla encendida.