«Si no es en Huerta de Abajo es en Vizcaínos o Pineda, pero cada poco tiempo hay algún ataque de lobo en la Sierra», asegura un ganadero de Barbadillo de Herreros, el último en sufrir el asalto de este animal, que la madrugada del viernes le mató a 8 ovejas. «Y estaban todas cerradas, en un prado enfrente del bar», comenta Juan Rey Gallo, que afirma que el lobo tuvo que pasearse por las calles del pueblo, entre las casas, para llegar hasta allí y colarse dentro del cercado. «Cada vez están más encima y ya no respetan nada», lamenta el joven.
No han sido los únicos de la localidad que han visto como parte de su cabaña era asaltada. Hace escasos días otros jóvenes ganaderos perdieron a varias terneras como consecuencia de otro ataque de lobo. «Están perdiendo el miedo al hombre. Cada vez se les ve más y a cualquier hora, a plena luz, a las dos o a las seis de la tarde», explica el joven, que va más allá. «Un día será a alguna persona».
Juan Rey mantiene que durante todo el invierno se han ido encontrando algún ejemplar muerto por el monte. «Alguna puede ser por causa natural, pero la mayoría son por el lobo, que las ataca durante el día, porque por la noche siempre las cerramos», relata el joven, que asegura que rara es la jornada en la que caminando por el campo no se encuentra con alguna cierva muerta por el mismo motivo. «No solo está pegando al ganado, también a la caza».
En este sentido van más allá y se atreve a decir que está acabando con ella, que no salen ciervas en las batidas como antes y que aparecen cadáveres de ejemplares muy cerca de las casas. «El ciervo es más fuerte y puede defenderse, por eso atacan más a las hembras, que están muertas de miedo y no quieren estar en el monte», relata el ganadero, que asegura que manadas de más de 30 ciervas se acercan a las naves del pueblo porque se sienten más seguras y protegidas. «Lo que hay ahora mismo es un auténtico descontrol».
En la imagen sobre estas líneas se aprecia la gravedad del ataque y la cercanía de las viviendas de Barbadillo de Herreros. - Foto: DBEl propio Juan Rey asegura que ha visto al lobo a escasos metros del pueblo e incluso pisando alguna calle. «Y ha sido de noche y de día, y muchos diferentes, por lo que hay varias manadas», relata el joven, que explica que hace escasas jornadas, su tía, que salió a recoger perrochicos muy cerca de Barbadillo, se dio de frente con uno. «Lo vio a 3 metros y el animal salió corriendo».
Impotencia, indefensión, desilusión son algunas de las palabras que emplea el dueño del rebaño para referirse a la situación que están sufriendo. «Aquí únicamente se defiende y se respeta al lobo, nadie se acuerda de nosotros, parece que las vacas y las ovejas no son animales porque nadie se acuerda de ellas», afirman.
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Tal es el desánimo que tiene encima que se está planteando vender sus ovejas. «Hasta ahora me venía matando alguna durante el día, pero por la noche, como siempre las cierro, no me había pasado nunca, pero es que ya entra hasta en los corrales, no respeta nada. El disgusto que me he llevado cuando las he visto no se paga con dinero», asegura el joven de 34 años.