La administración concursal de IMA1 quiere mantener el empleo

G. ARCE / Burgos
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Lanza un mensaje de tranquilidad en su primera cita con los representantes de los 52 trabajadores de la planta de Villalonquéjar

Imagen de archivo de las instalaciones industriales de IMA1 en el polígono de Villalonquéjar. - Foto: Valdivielso

Los administradores concursales de IMA1 aspiran a conservar la actividad y el medio centenar de empleos en la factoría de Villalonquéjar mientras superan la situación de concurso de acreedores en la que está el grupo industrial desde este verano. Es el mensaje «de tranquilidad» que se ha trasladado a los trabajadores y a sus representantes sindicales de UGT y CCOO en el primer encuentro celebrado tras el reciente fallo del Juzgado de lo Mercantil de Burgos.

La reunión se produce tras los trabajos previos y estudios desarrollados por los profesionales designados por el juez y la dirección de la compañía a lo largo del mes de agosto e inicia el calendario de contactos semanales con la plantilla que se mantendrán a lo largo de los próximos meses.

El fabricante de mecanizado de piezas para la automoción burgalés entró en concurso de acreedores para resolver la compleja situación financiera que atraviesa desde hace años. Se trata de un concurso de carácter internacional gestionado desde Burgos, dado que también afecta a la filial de Rumanía, a la que se suman una segunda ubicada en China.

La idea que se trasladó a la plantilla en el encuentro es la de mantener la actividad y el empleo en Burgos, aunque, si fuese necesario, se recurriría como mal menor a la aplicación de expedientes de reducción temporal de empleo (ERTE), sin recurrir a los despidos.

Ahora se trabaja en todos los frentes de viabilidad del negocio, en la reestructuración de la empresa y en la negociación con los bancos y principales acreedores de la sociedad. «Nos indican que mantienen conversaciones con sus principales clientes y que, a día de hoy, hay una clara apuesta por la viabilidad de la compañía, eso sí, una vez reestructurada y reorganizada», indican fuentes sindicales.

Los ajustes, tal y como ya adelantó la dirección de la compañía al anunciar el concurso, recaerán principalmente sobre la planta de Rumanía, cuya actividad y maquinaria se pretenden trasladar a Burgos a lo largo de los próximos meses. 

Crisis. La crisis en IMA1, subrayan desde los sindicatos, no es extrapolable al resto del tejido industrial local, aunque el fabricante de componentes ha sufrido con mayor intensidad los impactos que está sufriendo toda la industria de la automoción. 

La crisis del diésel ya le obligó a readaptar su manera de trabajar las piezas que fabricaba y a realizar fuertes inversiones en este proceso de cambio. La pandemia añadió un periodo de ERTE y ERE que, en este segundo caso, acabaron con el despido de una treintena de trabajadores.

Tras la crisis sanitaria fueron los sobrecostes de la energía, de las materias primas, los problemas de abastecimiento internacional. Hace un año la situación se tornó crítica para esta industria referente en Burgos.

Sus responsables esperan que el concurso abra una nueva etapa para IMA1, reconstruyéndose desde  su lugar de origen.