La amenaza de la caída de venta de vino acecha desde hace tiempo a las diferentes denominaciones de origen. Las nuevas tendencias se dirigen hacia la moderación en el consumo e incluso a la búsqueda de alternativas desalcoholizadas para suplir la demanda de los jóvenes. En los últimos dos años, la Ribera del Duero ha experimentado un descenso del 10% en la entrega de contraetiquetas a bodegas, una bajada que se ha repetido también en febrero, según los datos que ofrece la propia entidad.
En palabras del presidente de Asebor, Íker Ugarte, una de las principales razones por las que se ha reducido esta entrega de distintivos, está directamente relacionada con la meteorología de los últimos años. «Dependemos de las heladas, la venta está directamente relacionadas con la cantidad de vino que tenemos», explica el responsable. Sin embargo, sí que reconoce que la demanda de vino se ha reducido en los últimos años. Asegura, aun así, que la DO Ribera del Duero no está en peligro y que aún no ha alcanzado su máximo de producción. «Los precios de la uva no han caído y eso es un indicador claro», destaca.
Otras bodegas, por su parte, sí que resaltan la caída del interés por el vino como una situación de peligro que debe preocupar al sector. María Pilar Melado, enóloga de Bodegas Raíz, explica que no sólo el consumo ha descendido, sino que, en el caso del tinto se reduce más, sobre todo para los que tienen guarda. «Ahora mismo, la mayor demanda es de robles, jóvenes y blancos, es lo que se vende más», aclara.
La enóloga de Raíz asegura que se ha perdido el apoyo al sector y que cada vez se demoniza más su consumo en las redes sociales y en los medios de comunicación. «No hay apoyo, existe una exposición pública muy negativa que desprestigia el vino», asegura Melado, quien no está de acuerdo con potenciar el consumo masivo, pero sí con la defensa de un ámbito de carácter tradicional que aporta riqueza a muchos territorios.
Según manifiesta Melado, el consumo per cápita de vino resulta cada vez menor. A esta cuestión se le suma la situación comercial con Estados Unidos que puede afectar de manera muy negativa al vino español en el mercado internacional. «Se va a tener que pelear mucho para mantener los precios actuales de vino», cuenta la enóloga, quien asegura que las modas van y viene y Ribera del Duero necesita trabajar para no caer en el olvido. A su vez, Melado advierte de que la tendencia se dirige hacia vender menos, pero facturar más.
Enoturismo al alza. Mientras que la venta de vino cae, el sector del enoturismo se afianza como una de las mayores atracciones de visitantes de la zona. Tras varios años en crecimiento, la apuesta de las bodegas se mantiene en el desarrollo de este servicio. «Se habla del descenso del consumo de vino, pero aquí notamos un incremento de compra en las personas que vienen a visitarnos», asegura Laura Martín Sanz, responsable de enoturismo de Valdubón.
Desde la experiencia de Martín, las ventas directas y el interés por parte de los visitantes ha aumentado en el último año. «El enoturismo ha servido para llegar a más público, conseguimos hacer que la gente comprenda y disfrute del mundo del vino sin tantos tecnicismos», explica la responsable de visitantes.